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Un retrato pañoso

Empecé a ver Narcos Mexico II y me pareció soporífera. Algunos detalles me sorprendieron por su veracidad, algo que la serie en general no trabaja cuidadosamente.

Nunca te sientes transportado a principios de los ochenta, todo parece noventero o incluso actual.

Me desconcierta que a veces los narcos de bajo rango sean retratados como una punta de cheros naquisimos.

Aquí entraría el clásico: “no todos”.

Me arrancó una sonrisa que al doctor Machain le cambiaran el nombre, no sea que los fuera a demandar. Machain le ganó la batalla legal a una Corte en California.

La pobre imitación del acento norteño de algunos actores me desesperó.

Qué lastima que habiendo expertos en el tema, los guionistas de Netflix sigan reproduciendo la versión de la DEA basada en el libro “Desperado”.

Me parece pobre el argumento de que lo suyo es ficción, no realidad histórica, porque en el fondo sí generan efectos de verdad, así que es como si hicieran trampa.

Les aseguro que mi historia del Cártel de Guadalajara será más interesante que la serie de marras, y si no, pues quédense con su Netflix, pos luego!

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Adela Cedillo

Doctora en Historia de América Latina por la Universidad de Wisconsin-Madison Es licenciada en Historia y maestra en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado artículos en revistas indexadas y de divulgación y capítulos en obras colectivas sobre la guerra sucia mexicana, las organizaciones armadas revolucionarias, los derechos humanos y la guerra contra las drogas.

Tw @Eliseirena