Mucho se ha escrito y discutido sobre las marchas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, y en especial del paro nacional #UnDíaSinNosotras de hoy 9 de marzo, lo que de entrada es sumamente positivo, porque su primer objetivo es precisamente propiciar la reflexión e invitar a la acción.
Sin embargo, en las discusiones en torno al tema existen varias lecturas erróneas sobre ambos eventos, que resulta necesario clarificar.
La primera de ellas es vincular la iniciativa con alguna corriente ideológica, partido o grupo en específico, cuando en realidad la gran fortaleza del paro es que a este se han sumado mujeres de Izquierda, de Derecha, de todas las clases sociales, regiones del País, edades, orientaciones sexuales y niveles educativos.
No es un movimiento de algunas, es de todas, incluso de las que por diversos motivos no se pudieron sumar.
La segunda es que en estricto sentido no se trata de una iniciativa contra el Presidente. Sin duda existe una clara exigencia hacia el Gobierno Federal para que implementen políticas urgentes que atiendan la violencia de género, pero la exigencia no es sólo para las autoridades federales, ni siquiera se limita a los entes públicos, es una exigencia para toda la sociedad.
Es decir, abarca a Federación, estados, municipios, órganos autónomos, centros de enseñanza, sindicatos, asociaciones civiles, medios de comunicación e incluso a las familias, que son el espacio más común en que se perpetra la violencia de género.
La tercera lectura se deriva de la crítica de algunas personas de que el paro no se traducirá en una solución definitiva del problema, sin embargo esta es una forma errada de verlo, los propios colectivos saben que se trata de un proceso largo, con mejoras incrementales, y acciones como esta si bien no ofrecen solución definitiva, sí aceleran los cambios.
Volviendo al inicio del artículo, el paro ha servido para visibilizar el problema y ha propiciado una discusión pública sin precedentes sobre el mismo.
@victorsanval
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