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La cruzada de AMLO contra la corrupción

Destrozar lo que puede estar corrupto en vez de sanarlo solo refleja que lo importante no es combatir la corrupción, sino destruir lo que no es obra de él.

«(Los que defienden a los fideicomisos y fondos) da la impresión de que son como paladines de la defensa del pueblo y no, lo que están defendiendo es al régimen corrupto que existía y que queremos erradicar por completo», Andrés Manuel López Obrador, 8 de octubre de 2020.

Nadie en su sano juicio puede estar en contra de que se combata la corrupción, por eso muchos cuestionan, y en ocasiones descalifican, a los que osamos ir en contra de una decisión de nuestro líder para «combatir» eso que tanto ha dañado y empobrecido a nuestra sociedad (no estoy seguro que la corrupción sea el principal culpable de ese mal, pero en estos tiempos es el villano favorito y, si no estás de acuerdo  eres un corrupto).

La semana pasada volvimos a esa misma situación, en realidad creo que nunca hemos salido, al aprobar los diputados de Morena y sus aliados del PT, PES y PVEM, la desaparición de 109 fondos y fideicomisos, que actualmente tienen recursos cercanos a los 68 mil 500 millones de pesos, y que serán entregados sin ningún control a López Obrador, que podrá disponer de ellos en lo que le convenga a sus intereses.

Mucho se ha dicho y escrito cuestionando la medida, y, si se acaba finiquitando en el Senado, los efectos a lo mejor nunca los veamos porque no somos los directamente afectados, y si nos llega a afectar a lo mejor ni nos demos cuenta que fue por esta decisión y culparemos en su momento a autoridades locales en vez de voltear al inquilino de Palacio Nacional; seguramente, él no sólo se lavará las manos, culpará a otros bajo el argumento de la austeridad, que con ella para todo alcanza.

El principal argumento de nuestro líder sigue siendo el mismo: el cáncer de la corrupción. Pero con el excelente diagnóstico y las medidas fuertes para enfrentar este mal que acostumbra, sólo me imagino una situación como la siguiente: usted llega con el experimentado Doctor López (no Gatell, Obrador) con evidente infección en la uña del dedo gordo del pie izquierdo, que puede ser sanada extirpando la uña y con un tratamiento que incluya antibióticos y todos sus debidos medicamentos y cuidados que permitirán que la uña se regenere y usted vuelva a caminar con normalidad en unas semanas. Además, se tiene la certeza de que esta infección fue adquirida al utilizar los tenis que ha usado en los últimos meses, se destruyen éstos y se compran unos nuevos percatándose que no se vuelva a infectar.

El implacable Doctor López, que gracias a una beca pública que no le exigía ningún requisito pudo acabar sus largos estudios universitarios en la UNAM, decide amputarle los dos pies, eso garantiza que ya no se le infectarán las uñas de sus pies. Tampoco caminará, pero eso no importa.

Y los tenis, se queda con ellos les pone un spray ‘desinfectante de la 4T’ y los dará a otra persona, que a lo mejor se vuelve a infectar, pero eso tampoco importa: esa persona en principio va a agradecer a López que se los regaló. Y si se llegara a infectar, ojalá y sea hasta después de las elecciones del 21, para contar con ese voto en las cuentas morenas, si por desgracia se infecta antes pues fueron los conservadores que «conservaron» viva la infección en los tenis.

A lo mejor fui muy burdo, pero si de algo estoy convencido es que el interés superior del presidente de todos y cada uno de los mexicanos (menos los que no están de acuerdo con él) no es combatir la corrupción, sino destruir todo lo que se haya construido en anteriores gobiernos que evidencie que las cosas funcionaban, y siguen funcionando, sin necesidad de agradecerle a él su enorme benevolencia.

El país ideal para él es aquel donde todos y cada uno de los mexicanos agradezcamos las oportunidades y cosas que nuestro líder moreno nos da. Y que cada día nos despertemos no sólo con la idea de ir a trabajar y dar lo mejor de nosotros para sacar adelante a nuestra familia, sino de contribuir con nuestro esfuerzo a que él, que sí es justo, tenga más recursos para dar y repartir entre los más necesitados y olvidados de nuestra patria.

Si en realidad López Obrador quisiera combatir la corrupción, primero empezaría por informar lo que hace el actual gobierno. Que no se nos olvide que hace 28 días se celebró el mal llamado sorteo del avión presidencial y, hasta ayer, nuestro líder no había dado el informe económico, que debería de ser piedra angular en su cruzada contra la corrupción.

Y apunte en su agenda, en 236 días puede hacer su parte de la historia, la que usted decida… Después no se queje.

¡Hasta la próxima semana!

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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Edmundo Crespo Ruiz

EDMUNDO CRESPO RUIZ es periodista y economista egresado de la Facultad de Economía de la UANL, con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación.