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Cuando la cortina caerá

Jueves 12 de diciembre por la tarde, día de la Virgen de Guadalupe; despúes de unos días ajetreados, me pregunto ¿de qué escribiré para mi colaboración semanal? Está el caso del Embajador de Argentina que andaba de raterín, o la noticia de que ahora sería Manlio Fabio Beltrones, el que sigue en la investigación del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador… pensando cuál sería el tema, se me atraviesa una carta que escribió Steve Jobs antes de morir.

Confieso que nunca la había leído, y si usted amable lector tampoco la ha leído, aquí se la dejo. Si ya la leyó, vuélvala a leer, vale la pena:

“He llegado a la cima del éxito en los negocios.

A los ojos de los demás, mi vida ha sido el símbolo del éxito.

Sin embargo, aparte del trabajo, tengo poca alegría. Finalmente mi riqueza no es más que un hecho al que estoy acostumbrado.

En este momento, acostado en la cama del hospital y recordando toda mi vida, me doy cuenta de que todos los elogios y las riquezas de la que yo estaba tan orgulloso se han convertido en algo insignificante ante la muerte inminente.

En la oscuridad, cuando miro las luces verdes del equipamiento para la respiración artificial y siento el zumbido de sus sonidos mecánicos, puedo sentir el aliento de la proximidad de la muerte que se me avecina.

Sólo ahora entiendo, una vez que uno acumula suficiente dinero para el resto de su vida, que tenemos que perseguir otros objetivos que no están relacionados con la riqueza.

Debe ser algo más importante: Por ejemplo, las historias de amor, el arte, los sueños de mi infancia…

No dejar de perseguir la riqueza sólo puede convertir a una persona en un ser retorcido, igual que yo.

Dios nos ha formado de una manera que podemos sentir el amor en el corazón de cada uno de nosotros, y no ilusiones construidas por la fama ni el dinero que gané en mi vida, que no puedo llevarlos conmigo.

Sólo puedo llevar conmigo los recuerdos que fueron fortalecidos por el amor. Esta es la verdadera riqueza que te seguirá; te acompañará, le dará la fuerza y la luz para seguir adelante.

El amor puede viajar miles de millas y así la vida no tiene límites. Muévete a donde quieras ir. Esfuérzate para llegar hasta las metas que desea alcanzar. Todo está en tu corazón y en tus manos.

¿Cuál es la cama más cara del mundo? La cama de hospital.

Usted, si tiene dinero, puede contratar a alguien para conducir su coche, pero no puede contratar a alguien para que lleve su enfermedad en lugar de cargarla usted mismo.

Las cosas materiales perdidas se pueden encontrar. Pero hay una cosa que nunca se puede encontrar cuando se pierde: la vida. Sea cual fuere la etapa de la vida en la que estamos en este momento, al final vamos a tener que enfrentar el día cuando la cortina caerá.

Haga tesoro en el amor para su familia, en el amor por su esposo o esposa, en el amor por sus amigos…

Trátense bien y ocúpense del prójimo”.

Como se ha dicho una y mil veces, el dinero no es todo, las cosas materiales transforman a las personas y después la sociedad nos juzga por lo que tenemos y no por lo que somos.

Conclusiones, muchas. Lo que me llama la atención es el cariño que le tenía a la vida y cómo nos dice Steve que la gocemos antes de que llegue el último día, cuando la cortina caerá…

Punto y aparte

Ayer 12 de diciembre celebramos una vez más a la Virgen de Guadalupe, la Morena del Tepeyac. Un servidor tiene mucho que agradecer a la Virgen de Guadalupe, mi esposa le pidió mucho que nos diera unos hijos…

En días pasados, Isa y Héctor, mis hijos, fueron junto con sus compañeros del Colegio Ignacio Zaragoza a cantar y rezar, durante la tradicional peregrinación al Santuario de Guadalupe, en Saltillo. Gracias.

Buen fin de semana, ¡ánimo!

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