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Una propuesta por el COVID-19

Propongo que como iniciativa para ayudar a que la gente del sector informal, los más pobres y los que no cuentan con ningún tipo de prestaciones, el Gobierno mexicano impulse un fondo de emergencia nacional con fondos públicos y privados.

Muchos mexicanos que no estamos en una situación crítica, incluidos los que estamos en la diáspora, estaríamos encantados de contribuir a ese fondo siempre que se garantice que el dinero será entregado escrupulosamente a las familias necesitadas.

Esto demandaría una gran dosis de trabajo voluntario, honestidad y transparencia, pero al mismo tiempo nos ayudaría a mantener al mayor número de personas en su casa y aplanar la curva de la pandemia.

Cuando regrese de mi viaje a México, al día siguiente tenía jaqueca y me dolía mucho la espalda al respirar. Pensé: “ya me dio el coronavirus”.

Sin embargo, al día siguiente estaba como la fresca mañana y sigo así. Aún me pregunto si en verdad me dio, fui un caso asintomático y generé inmunidad.

En esa circunstancia, el coronavirus sería uno de los muchos virus que habitan mi cuerpo desde mi infancia, y es que a mí me pegó ¡todo lo que no tenía vacuna en esos tiempos!

Creo que fue en la prepa cuando aprendí horrorizada que los virus nunca se salen del cuerpo una vez que se alojan ahí. Debemos conocer más sobre los virus y bacterias que nos habitan, no sólo verlos como enemigos que están al acecho.

Ellos tienen una vida propia en nuestros cuerpos y se manifiestan cuando menos lo esperamos, como el virus de la varicela, que bajo ciertas condiciones reaparece como herpes zoster. Los virus y las bacterias deberían ocupar un lugar prominente en nuestra educación, son los únicos que nos van a acompañar toda la vida.

NUESTROS ADULTOS

Para las culturas indígenas pre-contacto los ancianos eran la única fuente de sabiduría y experiencia y se les veneraba como si fueran casi sagrados.

En el capitalismo tardío, con su perpetuo extravío moral, los ancianos son vistos como una carga desechable. Es vergonzosa la manera en que tratamos a nuestros ancianos, debemos protegerlos ahora más que nunca.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasomx.

Comentarios
Adela Cedillo

Doctora en Historia de América Latina por la Universidad de Wisconsin-Madison Es licenciada en Historia y maestra en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado artículos en revistas indexadas y de divulgación y capítulos en obras colectivas sobre la guerra sucia mexicana, las organizaciones armadas revolucionarias, los derechos humanos y la guerra contra las drogas.

Tw @Eliseirena