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The biggest loser

Es curioso cómo durante los últimos meses hemos visto una tensión creciente entre Estados Unidos y China: Amenazas, restricciones, vetos y hasta supuestos de una nueva guerra han sido en gran parte lo que hemos escuchado sobre la situación entre estos dos países.

Como lo había mencionado en mi columna anterior, bajo el panorama de recientes elecciones (donde el Partido Demócrata ganó la contienda) ninguno de los candidatos se observaba en posición de restablecer la relación con el “gigante asiático”. Ante tantas notas y comunicados, me ha resultado curioso que este conflicto sea reflejado como una posición de gran amenaza hacia el país en manos de Xi Jinping. Sin embargo, reflexionando sobre el tema es inevitable preguntarse ¿quién es el verdadero perdedor?

Estados Unidos es bien conocido por tener un mercado de valores altamente cotizado internacionalmente y que diariamente atrae el dinero de diferentes inversionistas de todo el mundo en la búsqueda de diversificar su portafolio con los diferentes instrumentos listados en las bolsas de Estados Unidos de América.  

Hay que entender que una de las maneras por las que una empresa puede buscar financiamiento, es emitiendo deuda o mejor conocido como emitir acciones/bonos. Si bien el financiamiento bursátil es un tema que podría necesitar una nota entera, por el momento hay que entender un concepto muy básico dentro de todo esto: Cuando un accionista pose una acción, pose una parte de la empresa relativo a las acciones pertenecientes entre las acciones totales que emite la empresa.

Así que bien una vez dicho la anterior, reflexionemos lo siguiente: 

China posee alrededor de 1.,2 billones de dólares en bonos de deuda emitidos por la el mismo EU. Así que este es el mayor prestamista de los Estados Unidos, de tal manera que imaginemos que como consecuencia a recientes movimientos, como lo fue la reciente regulación de las bolsas de Estados Unidos, el asiático decidiera poner una represalia sobre el americano y decidiera vender gran parte, si no es que todo lo que le pertenece de bonos. 

¿Qué pasaría entonces? Entramos aquí a un interesante juego de ajedrez donde cada movimiento tiene un riesgo significativo; el primer comprador dispuesto sería el mismo Estados Unidos a través de la Fed, con lo que con esta entrada de dinero tendría que recurrir a imprimir más dinero, que en consecuencia traería una gran depreciación en el dólar.  Después de esto podríamos decir que tal vez se habría logrado esa “afectación” que se buscaba y que se habría cumplido con el prometido, terminar afectando la moneda, provocar un “caos” en los tipos de cambio, etc. 

Ahora bien, aunque imaginemos esta hipotética situación (casi épico, debo mencionar) no es tan fácil como esto. Realmente provocaría un caos internacional y cínicamente se estaría provocando un daño a sí mismo. Gran parte de las reservas que China posee están denominadas en dólares, por lo que su propia reserva federal se depreciaría. Además de esto ¿qué haría China con el dinero recibido de estos bonos?

Gran pregunta, pues ante la situación de los mercados no hay una opción que ofrezca un rendimiento positivo en los siguientes años. El saber en dónde depositar ese dinero dejaría al asiático en una posición complicada e inestable.

Recientemente se dio el anuncio de la regulación de la bolsa de valores estadounidense y de cómo se planeaba “expulsar” empresas chinas listadas en el mercado. Esto nos deja también en la duda de qué aliado podría buscar Xi Jinping que pudiera estabilizar o dar seguridad al propio mercado. 

Pensar, idear y llevar a cabo la estrategia que pudiera beneficiar ambos países no es cosa fácil, y si bien se espera una posición diferente con el presidente Joe Biden, aún no estamos tan seguros de si esta llamada “nueva Guerra fría” podría dar a lugar.

Es un tema muy interesante el analizar cómo, cuándo y por qué razones el dinero se ha distribuido al rededor del mundo y cómo cada movimiento tiene una afectación mayor a la que pensamos.

¿Quién gana realmente? ¿Quién pierde realmente? Seguro será una respuesta que tendremos no tan pronto

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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Bárbara Mendoza Loredo

Negocios Internacionales por la UANL. Diplomado en Finanzas Corporativas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Candidata CFA Nivel 1. Pequeña emprendedora.

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