Tiene la capacidad el hombre para empatizar con la difícil supervivencia de la mujer, en una sociedad hecha a imagen y semejanza del mismo hombre? Lo dudo.
Su solidaridad con la mujer, en el mejor de los casos, tiene un límite estructural porque el hombre es y ha sido beneficiario y reproductor del orden patriarcal que sostiene el orden de las cosas.
Por ello, la montaña de datos desde la que gritan enardecidas las mujeres tiene un significado diferente para los hombres.
Veamos. Un feminicidio es el homicidio de una mujer por la posible concurrencia de una de 7 razones de género. El cual es la máxima expresión de violencia contra las mujeres.
Apenas hasta 2012 se incluyó la figura del feminicido en el Código Penal Federal. La pena para castigarlo es de 40 a 65 años de cárcel.
Empero, tal castigo es irrelevante porque “el 50 por ciento de los feminicidios no son consignados ante la justicia, y casi el 90 por ciento de ellos permanece impune” (CNDH:2018).
De 2015 a 2019 hubo 3 mil 621 feminicidios. 2019 fue el año más alto con 976: 2.6 diarios en promedio.
Ese año, los estados con mayor número de feminicidios fueron Veracruz (157), EDOMEX (122) y CDMX (68).
Coahuila (24) ocupó el lugar 14. Por obvias razones, de 2013 a 2018, la sensación de inseguridad de las mujeres pasó de 74.7 por ciento a 82.1 por ciento (ENVIPE:2018).
¿Cómo mira AMLO esos datos? Con una insensibilidad patriarcal, falta de empatía y compasión; pero sí, pletórica de paranoia y acusaciones contra sus adversarios.
En su laberíntico cerebro ¿dónde estará la política pública que combata de manera transversal e integral el feminicidio y empodere a las mujeres? ¿Dónde estarán la Fiscalía Especializada en Feminicidio, las mejoras en servicios de salud, transporte seguro, segregación sexual y oportunidades para que las mujeres adquieran activos?
En ninguna parte. Luego, algunos hombres preguntan, cual pequeños AMLOS: ¿por qué gritan las mujeres?
Cuando ellas luchan por su vida y la de todas las mujeres, porque en sus vidas “se esconde el secreto del mundo”, ajeno e incomprensible para ellos.
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