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Pactar un nuevo Pacto: hoy no, mañana sí

El viernes pasado el priista coahuilense, el independiente nuevoleonés y el panista tamaulipeco no se arrugaron y dieron acuse de recibo a las posiciones del Presidente y sus gobernadores.

«Nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación», Andrés Manuel López Obrador, 2 de abril 2020.

Pareciera ser que la contingencia sanitaria por el COVID-19 ha evidenciado uno de los principales objetivos de nuestro líder: concentrar, además del poder público, los recursos financieros disponibles y ahorcar las finanzas estatales y municipales.

En otras palabras, ser el único que pueda hacer obra pública y ayudar a los mexicanos, acaparando el reconocimiento y los votos, claro.

Antes de entrar a la discusión que hay en los últimos días por el pacto fiscal federal, creo conviene comentar varias cosas.

La coordinación fiscal federal se legisló hace 41 años, y comenzó a operar hace 40. Los estados y municipios le transfirieron a la Federación la potestad para cobrar algunos impuestos, con la idea central de que esto iba a hacer más eficiente la recaudación al evitar dobles tributaciones, además de que iba a ser más difícil la evasión. Y la Federación iba a regresar lo recaudado a los estados, además, con el pasó de los años se incluyeron elementos para hacer un trato más justo y que las entidades más rezagadas tuvieran acceso a recursos para su desarrollo, en detrimento claro de las más eficientes.

Con el paso de los años, han ido cambiando algunos impuestos y ahora no es tan sencillo regresarse a la situación anterior, que de por sí era caótica, y los impuestos hoy federales se seguirían cobrando, es decir se agregarían impuestos locales.

Además, en aquellos años gobernaba un solo partido, al cual pertenecía nuestro hoy líder, y no existía un uso político de parte del Presidente en turno a favor o en contra de otra institución política, y se distribuían los recursos «federales» en obras y servicios en prácticamente todos los estados.

Hasta que llegó López Obrador, ningún Presidente se había agandallado todos los fondos disponibles como lo hizo AMLO desde al año pasado, prácticamente mandó a muchos municipios y gobiernos estatales a la falta de pago de lo más básico. Y siempre se defendió con el mismo argumento: «les he dado en tiempo y forma lo que la ley me obliga», en otras palabras el resto es para mí, yo cobro, es mío.

Y algo que no hay que dejar de largo, el sureste siempre ha recibido muchos recursos de la Federación y más desde el levantamiento zapatista, la tan cacareada injusticia no es tal, lo que sí puede suceder es que no llegaron hasta la parte más necesitada de cada estado, pero eso no es culpa de las otras entidades.

LA CONTINGENCIA

Nuestro líder ha insistido que ha apoyado a los estados y municipios con recursos para enfrentar la contingencia sanitaria y económica. El hecho es que lo único que hizo fue adelantarles la entrega de recursos del famoso INSABI, que ya estaban programados para enfrentar los gastos normales del sector salud, es decir ya estaban destinados para un gasto específico para un sector de por sí golpeado financieramente.

Su principal argumento para no entregar los recursos necesarios para enfrentar la contingencia, y el de sus seguidores, es que como ha aplicado la austeridad republicana y ha combatido la corrupción en el gobierno federal que le ha dejado suficientes recursos para enfrentar sin mayores problemas la contingencia, así deben de hacerlo los gobernadores y alcaldes.

Por desgracia, ese argumento es sólo propaganda política (y electoral hacia el 2021), pues no hay ninguna evidencia de que haya la magnitud de ahorros de que habla y mucho menos de que alcancen para lo que se necesita ahora y lo que viene.

En cuanto a la corrupción en el manejo de los recursos, cada peso que el gobierno federal transfiere a los estados y municipios puede ser vigilado por la Secretaria de la Función Pública, encabezada por la inmaculada Irma Eréndira Sandoval, y por la Auditoría Superior de la Federación. Y además ante cualquier sospecha (sí, muchas veces lo hacen sin sospecha) está Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera a disposición de lo que ordene nuestro líder, para rastrear cualquier movimiento de recursos en el sistema financiero.

Es más, si en realidad existiera la corrupción en el uso de esos recursos sería materia prima muy valiosa para las conferencias matutinas de López Obrador.

Esta negativa constante de López Obrador de entregar recursos extraordinarios a los estados y municipios y de destinar recursos para salvaguardar a las PyMEs y el empleo formal provocaron que el viernes 10 de abril los gobernadores de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, lanzaran el grito de guerra desde Monterrey.

«Los gobiernos generamos las condiciones para que los sectores productivos generen riqueza y empleos, a ellos hay que cuidarlos, si no, vamos a perder miles de empleos en el país, por ello nos estamos uniendo, para garantizar que eso no suceda», dijo Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Gobernador de Tamaulipas. «Somos tres estados que aportamos más de 20 por ciento de los impuestos que recauda la Federación. Y así como nosotros estamos llevando a cabo acciones, queremos que la Federación haga lo mismo, uniendo talentos, esfuerzos, capacidades y recursos para salvar estos empleos que están en riesgo».

El Gobernador independiente Jaime Rodríguez, de Nuevo León, dijo «nosotros sí vamos a apoyar a las empresas y a los negocios de nuestra región, así tengamos que cambiar nuestro destino presupuestal, así tengamos que hacer las modificaciones que tengamos que hacer para poder crear condiciones de poder tener la protección de los empleos y que la gente pueda tener esta condición”, dijo.

Pero también dejaron en claro dos cosas, que pareciera que muchos no escucharon o no quisieron escuchar.

Lo primero es atender la contingencia actual, hay que salir adelante como podamos sin el apoyo federal, y salvado este episodio entonces sí pondremos sobre la mesa el «injusto y obsoleto» pacto fiscal.

Segundo, no queremos salir del pacto, queremos perfeccionarlo, que sea un instrumento de desarrollo y justicia, en otras palabras, buscar los equilibrios que lo actualicen y lo hagan sostenible.

Para hacer frente a esta contingencia, sin recursos federales, a los gobernadores y alcaldes sólo les quedan dos caminos: hacer una reconducción presupuestal (en cristiano, dejar de invertir o de gastar en algo y destinarlo a la emergencia) o endeudarse.

Como muestra de lo anterior, el Gobierno de Nuevo León canceló a principios de abril inversiones destinadas originalmente a seguridad pública, entre otras compra de patrullas; el de Tamaulipas logró la autorización del Congreso local para contratar deuda por 4 mil 600 millones de pesos.

Y, como era de esperarse, nuestro líder, desde su púlpito mañanero el pasado jueves 16 de abril,  se lavó las manos como Poncio Pilato: «la recomendación, con todo respeto, a los gobiernos estatales es que no a la primera de cambio recurran a créditos y que se utilice como excusa o argumento la crisis del coronavirus, porque no hemos dejado de enviarle a los estados sus participaciones». Muy cierto sólo les ha mandado las participaciones, es decir sólo lo que la ley obliga; el resto es para lo que él decida.

También los gobernadores morenistas, en voz del veracruzano Cuitláhuac García, descalificaron la postura de los mandatarios del noreste: «nosotros no vamos a aprovechar estos momentos en que debemos estar unidos para meter la politiquería por delante, he hablado con el Gobernador de Chiapas, el Gobernador de Tabasco, de Puebla, con la Jefa de gobierno y todos coincidimos en que es momento de unidad, de mantener el pacto fiscal como está y actuar en torno a las políticas del gobierno federal».

Aunque pareciera que hay oportunismo político de los gobernadores del noreste, lo cierto es que ante la actitud centralista de nuestro líder de entregarle a los estados sólo lo que la ley obliga y los recursos disponibles canalizarlos a sus proyectos y a sus programas electorales disfrazados de sociales, por lo menos el Gobernador de Tamaulipas, en su Informe de gobierno del 2019, pidió una revisión del pacto fiscal federal.“No pedimos que nos den lo que no nos toca, pedimos que regrese el recurso que nosotros aportamos con nuestro trabajo y esfuerzo. Trato justo debe ser el pilar esencial de todo acuerdo de coordinación fiscal. Ni más, pero tampoco menos”, dijo García Cabeza de Vaca en septiembre del año pasado.

El viernes 17 de abril, el priista coahuilense, el independiente nuevoleonés y el panista tamaulipeco no se arrugaron y dieron acuse de recibo a las posiciones del Presidente y sus gobernadores súbditos (perdón compañeros de partido) y como se dice «se crecieron ante el castigo».

«Para que no nos digan lo que ya nos mandaron decir (‘que no es tiempo de revisar el pacto’), lo sabemos lo haremos en su momento, pero los trabajos empiezan desde hoy», advirtió Miguel Riquelme.

Coincidieron los tres gobernadores en que no deben de desviar su atención de enfrentar la contingencia y sacar adelante a sus estados, pero desde ya integraron un equipo de finanzas y jurídico para que elabore un cronograma y las diferentes vías jurídicas para estar listos pasando la contingencia.

Y para que no se crea que es sólo politiquería, le pusieron números a su molestia. Han invertido cerca de dos mil millones de pesos para enfrentar la contingencia y van a reunirse con empresarios el próximo viernes buscando acuerdos para minimizar el impacto económico, invirtiendo más recursos estatales y sin un solo centavo de la Federación.

«Todo está recayendo en los estados, no ha habido ningún recurso para enfrentar la pandemia ni para enfrentar la situación económica de los sectores productivos», dijo el panista tamaulipeco.

Y cerró el independiente: «¿Para qué vemos al centro?, decidimos dedicarnos a nuestra región, no queremos cerrarles la puerta, bienvenido el centro, bienvenida la Federación, pero que traigan una lanita porque dinero mata carita”.

Al igual que los gobernadores del noreste el jalisciense Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, busca caminar en el mismo sentido, pactar un nuevo pacto fiscal.

«Más que un tema de agenda partidista, yo creo que lo que estamos poniendo en la mesa es que los estados que más producimos, los estados que más empleos generamos, los estados en que se mueve el país tenemos nuestra responsabilidad solidaria con los estados que tienen condiciones más desfavorables, pero también pedimos lo mínimo e indispensable para poder salir adelante nosotros», señaló Alfaro la semana pasada.

OPORTUNISMO POLÍTICO

Al que sí creo que debe de calificarse de oportunista político es al pre-pre-precandidato de Movimiento Ciudadano a la silla del Bronco, el hoy Senador Samuel García.

Propuso, junto con el líder en Nuevo León de su partido, realizar una consulta pública para sacar a Nuevo León del pacto fiscal.

Y en los últimos días ha seguido convocando a conferencia sobre el mismo tema, además de obviamente darle vuelo en sus redes sociales. Sin duda que él sí está buscando llevar el malestar por el mal trato de López Obrador a Nuevo León a la boleta del 2021.

¡Hasta la próxima semana!

ecrespo@mobilnews.mx


EDMUNDO CRESPO RUIZ es periodista y economista egresado de la Facultad de Economía de la UANL.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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Edmundo Crespo Ruiz

EDMUNDO CRESPO RUIZ es periodista y economista egresado de la Facultad de Economía de la UANL, con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación.