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Los lentes de los Derechos Humanos

¿Cuál es el sentido de portar unos lentes de Derechos Humanos?

Blindan el absoluto de nuestra condición humana ante cualquier abuso o violación por parte del Estado.  Y nos brindan herramientas jurídicas y políticas para defender y preservar nuestro derecho inalienable para exigir a ese mismo Estado, condiciones de cabal plenitud como seres humanos, sin distingo alguno de edad, género, escolaridad, estrato social, preferencia religiosa o sexual y situación de legalidad.

¿Porqué la Reforma Constitucional de Derechos humanos de 2011 -de alcance estructural- que pondría al centro la dignidad de las personas en nuestro país, no ha transitado de su dimensión jurídica del deber ser, al diseño e implementación de políticas públicas con enfoque de derechos humanos?

Esa lentitud de tránsito impide utilizar los lentes de Derechos Humanos para mirar asuntos como la transparencia con sus políticas públicas e indicadores pertinentes.

Si los usáramos, dejaríamos de mirar ese tema como hecho abstracto con un impacto moral genérico, para cuantificar de manera empírica -con indicadores- el daño que ocasiona en nuestra calidad de vida definida por nuestros derechos humanos.

Por ejemplo, sí hay corrupción en salud, la pregunta es: ¿de qué manera ese acto de corrupción merma -en pesos y centavos- mi derecho a la salud y el de mucha otra gente? Urge, a pesar de las dificultades del tránsito, que autoridades, abogados y ciudadanos nos pongamos los lentes de los derechos humanos. 

Las primeras, para diseñar y ejecutar políticas públicas con ese enfoque e indicadores que permitan medir su impacto en nuestras vidas, en el Estado de Derecho y la democracia. 

Los segundos, para entender y asumir un cambio constitucional inminente. Y los terceros, para exigir el cumplimiento cabal de dichas políticas.

La otra alternativa consiste en caminar enceguecidos, moralizando la corrupción y agravando nuestra victimización para perdernos en la palabrería que edulcora sin darle sustento de acero al futuro de nuestra condición humana ante el Estado.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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