En , de:

La multa a Sergio Aguayo

En su libro Rebelión del Atlas, Ayn Rand escribió la siguiente frase: “Cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”.

Esta frase describe a la perfección la ironía que hay detrás de la multa impuesta a Sergio Aguayo, que es castigado por señalar lo que decenas de miles de ciudadanos sabíamos y que cientos de miles han ido confirmando a lo largo de los años, que Humberto Moreira es un corrupto, que endeudó a Coahuila, que entregó la seguridad al crimen organizado y que el origen su fortuna es inexplicable.

No se trata de un asunto personal entre Humberto Moreira y Sergio Aguayo, se trata de un caso paradigmático que nos debe interesar a toda la sociedad, en donde si Moreira se sale con la suya, como decía Ayn Rand, nuestra sociedad estará condenada a callar ante los casos de corrupción, porque tendremos miedo que, a pesar de tener la razón, la clase política utilice al sistema judicial corrompido en nuestra contra y cercene la libertad de expresión.

En este caso no hay medias tintas, ni cabe la muy socorrida frase de que debemos confiar en el sistema judicial, para quienes vivimos en Coahuila y seguimos sufriendo las desastrosas decisiones de Humberto Moreira y Jorge Torres, es una ofensa que los jueces sean cómplices de un ataque a un editorialista que se sumo a cientos de voces que denunciaron a Moreira y su camarilla.

Por ello reitero mi solidaridad con Sergio Aguayo y hago votos para que la Suprema Corte enmiende la situación, e incluso inicie procesos contra los funcionarios judiciales que han sido cómplices de este atropello. 

Comentarios