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La Mula y las brujas

En las diversas culturas alrededor del mundo se habla de las brujas. En Bélgica hay una ciudad llamada precisamente Brujas. En los cuentos infantiles como Blanca Nieves, la bruja juega un papel importante en la trama.

En la época de la Santa Inquisición, las brujas eran quemadas públicamente en una enorme hoguera.

En los relatos que nos hacía mi abuela Ignacia y mi tío Rey David, muchas de las protagonistas eran brujas que se manifestaban de diversas formas: de guajolota, de enorme ave, y que al hacer travesuras soltaban una horrible carcajada; a mí se me erizaba la piel cuando, sentados alrededor de una mesa e iluminados por un mechón a base de petróleo, los escuchaba.

Si cuentas que estando en un lugar alejado por la noche se te acercaron unas lechuzas, te dicen que te visitaron las brujas; si comentas que viste una bola de luz, la respuesta es “era una bruja”; de frontera a frontera, y del Pacífico al Golfo de México, todos se saben un cuento de brujas y hay quienes incluso te comentan que las conocen.

Coahuila no es la excepción, y los relatos de brujas se hacen de forma cotidiana. Así me han contado que en el Ejido Escobedo y en La Biznaga habitan personas que se dedican a esos rituales ocultos, y que al entrar a los lugares donde viven la piel se te pone chinita. Se lo platiqué a una amiga oriunda de Escobedo, y me dijo que hacía muchos años había salido de esa comunidad y que no sabía nada; luego visité a unos amigos en el Ejido Los Lirios y me contaron que es cierto, y que a ellos les constaba que en esos lugares sí hay brujas.

Hace unos días visité el pueblo de Paredón, Municipio de Ramos Arizpe, lugar histórico por ser un punto estratégico en la Revolución Mexicana, pues ahí confluyen las vías del ferrocarril de Torreón, Saltillo, Monterrey y Monclova. Bueno, pues ahí me contaron que en un rancho cercano llamado “La Mula” hay brujas, y que algunas noches se ven bolas de luz que viajan velozmente a baja altura.

Aún en esta época de grandes avances en la medicina y a pesar de lo modernos que decimos ser, en nuestro país las brujas forman parte de nuestro folklore, de nuestra vida y de las pláticas amenas. Incluso hay personas que dicen recurrir a ellas para tener suerte, para sanar de ciertas enfermedades que a su decir no hay médico que las cure, o para poner un mal a alguien que les cae mal o les debe algo.

Personajes de la vida real o de ficción, pero sin duda las brujas nos seguirán sirviendo para asustar a nuestros nietos, así como a nosotros nos asustaron nuestros abuelos en esas noches donde en vez de celulares, tabletas o nintendos, los cuentos de la abuela o el tío fortalecían la unión familiar.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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Juan Carlos Guzmán

Nacido en Mapimí, Durango, se desempeña en áreas administrativas privadas y públicas. Sus pasiones: La familia, viajar, caminar en el campo y correr.

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