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El veliz, el gringo, el policía y el saltillense

En esta ocasión te platico de una historia que sucedió en esta hermosa Ciudad de Saltillo, durante el último día del mes de abril y el primero de mayo del año de 1973.

En esta historia, cual si fuera una novela dramática, hay un veliz, sí una maleta, un norteamericano de nombre Marvin Wellen, el saltillense Manuel A. Enriquez y un policía de esta hemosa ciudad.

El gringo, que era originario de New York, una de las ciudades más bonitas del mundo (por supuesto, Saltillo es la primera), se trasladaba en su vehículo por la Carretera Saltillo – Guadalajara, y al llegar a Concha del Oro, Zacatecas, se dio cuenta que el veliz se le había extraviado, que éste había “volado” del mismo auto, por lo que decidió regresar a Saltillo, con la esperanza de encontrar su maleta.

El día 1 de mayo de ese año se dio muestra del valor de la honestidad que tenemos los saltillenses, ya que el veliz fue encontrado por Manuel A. Enriquez a la altura de la comunidad “El Palmar”, por cierto donde vive mi amiga doña Luz, a quien le envío un saludo, pero volviendo a la historia, Manuel ya en Saltillo se dirigió a la guardia del entonces Servicio de Investigaciones Municipales, entregándole el veliz a un oficial de la Policía, quien lo resguardó.

Mister Wellen, regresó a Saltillo, a pesar que ya había llegado a Concha del Oro. Se dirigió a la Policía y le fue entregado su veliz, el cual contenia ropa nueva y usada; tanto la ropa como el veliz fueron valuados en aquel momento por la cantidad de 2 mil pesos.

Estimada y estimado saltillense, si se pregunta qué tan frecuente se perdían las maletas o velices en las carreteras cercanas a esta hermosa ciudad de Saltillo, dejeme decirle que encontré un aviso de ocasión que se publicó por lo menos durante una semana, en esas fechas, y que textual decia: “Gratificaré a quien entregue efectos un veliz azul grande perdido martes primero carretera Saltillo Monterrey entre Higueras y Paso del Águila, Tel. 3-98-59”.

Y esta es la historia de un veliz extraviado y recuperado, de un newyorkino, de un saltillense y de un policía, deseando que quien haya perdido el veliz azul grande corriera con esta misma suerte.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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