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El Rayo

En esta ocasión te platico de un negocio muy saltillense que se ha convertido hasta en un referente geográfico de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, me refiero a Radiadores “El Rayo”.

Hace casi 76 años, en 1947, Antonio de León Ledezma, su hermano David y Bernardo Pimentel, iniciaron con la reparación de radiadores de autos en el corral de la casa de Doña Concepción, muy cerca de su ubicación actual, pues vivían en la calle de Jacobo M. Aguirre.

La historia de este negocio tan Saltillense se remonta un poco más atrás, cuando Antonio tuvo que trasladarse del ejido Escobedo, en Arteaga, a nuestra hermosa ciudad al quedar huérfano de padre. Al llegar a Saltillo consiguió un empleo en el taller de Don Nicolás Correa, donde aprendió el oficio de soldar.

Al año de haber iniciado con la reparación de radiadores, David y Bernardo decidieron dejar el taller, por lo que Antonio empezó a buscar un nombre para el taller: que si le ponían su nombre, que si el apellido de la familia, hasta que un buen día llegaron al taller una familia de norteamericanos quienes al pasar por nuestra hermosa ciudad de Saltillo, su automóvil tuvo un desperfecto en el radiador, por lo que llegaron al taller de Antonio, quien de manera eficiente y rápida lo reparó. El gringo le dijo es un español muy mocho: “oooh muy rápido, como de rayo”, y fue ahí en ese preciso momento cuando el taller fue bautizado al igual que Antonio, ambos siendo conocidos como “El Rayo”.

Para el año de 1955 “El Rayo”, con todo su equipo, tanto personal como herramienta, se mudó a su ubicación actual, la calle de Matamoros #611, donde definitivamente se convirtieron en un referente de calidad, servicio y hasta geográfico de nuestra ciudad.

En aquellos años, cuando en realidad no había muchos autos en Saltillo, los días en que el trabajo era muy poco, en el taller “El Rayo” se dedicaban a fabricar cochecito de lámina que se ofrecían a la venta todos los domingos en la Plaza de Armas.

Don Antonio se casó con la señorita Rosa Moreno Rodríguez en el año de 1956, procreando y educando a 9 hijos: 3 damas y 6 caballeros. Los hombres, al salir de las clases, todos los días se dirigían al taller para ayudarle a su papá. De hecho hoy en día hay cuatro hermanos en el negocio de los radiadores en Saltillo y uno más en Ramos Arizpe.

Cuando le pregunté a mi querido hermano Carlos, hijo de Don Antonio, por algunos clientes que tienen, me respondió de manera rápida y con una sonrisa diciendo: “todo Saltillo”, y pues sí, es cierto.

En el taller “El Rayo” se han reparado radiadores de autos nuevos, de autos muy antiguos, de camiones, tractores, trailers y hasta de trenes.

Un negocio muy Saltillense en el cual ya trabaja la 3a generación, pues tres nietos de Don Antonio, “el Rayo”, ya están en el taller. Un negocio en el cual aún no deja de sonar el teléfono convencional con llamadas de clientes, preguntando por alguna pieza o por su carro, siendo el número de teléfono 412-1510. Un negocio, el cual me asegura Carlos, que la tecnología y el plástico han ocasionado más clientes, pues antes los radiadores al ser de metal y latón eran más durables.

La historia de Don Antonio, de los radiadores “El Rayo”, el cual con seguridad es el negocio más longevo que tenemos en la ciudad en lo que se refiere a reparación de carro, son definitivamente algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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