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¿4 años son suficientes?

¿Qué tienen en común los años 1912, 1932, 1976, 1980 y 1992? Además de ser años bisiestos, han sido los años en que el electorado estadounidense ha decidido privar al ocupante de la Casa Blanca de gobernar su país por los siguientes 4 años, y si observamos más a detalle también han sido años de grandes crisis para los Estados Unidos. A partir de 2020, por primera vez en una generación pudiéramos presenciar dos presidencias consecutivas de un solo mandato. Los invito a hacer un recorrido por el último siglo.

GANA CON WILSON

En mayo de 1912 América y el mundo habían sufrido un impacto terrible con el hundimiento del R.M.S. Titanic, el transatlántico más grande y moderno de ese momento. A esta tragedia en el exterior, hay que sumar la presión que representaba el que las potencias europeas estuvieran destinando altos niveles de su PIB al desarrollo militar, derivado del temor que representaba la reunificación alemana y que la Administración de William Taft sólo invirtiera $2.5 dólares de cada $100 que ingresaban a la Tesorería en rearmar a su ejército después de la intervención en la independencia de Cuba a finales del Siglo XIX.

REGRESARON LOS DÍAS FELICES

Jueves negro, lunes negro, martes negro. 1929 fue un año negro para la economía norteamericana. Después de una década de bonanza industrial y económica que catapultaron a los Estados Unidos como la principal potencia económica del mundo, el público vislumbró una forma de hacer dinero fácil. El alto rendimiento y bajo riesgo que representaban las acciones que cotizaban en el promedio Industrial Dow Jones, hacían que la gente con poca preparación hipotecara sus viviendas para invertir en la Bolsa. Todos conocemos los efectos que estas adquisiciones tuvieron para la economía global. El presidente Herbert Hoover fue ampliamente criticado por no crear a tiempo un programa de reactivación económica y social que permitiera a su país superar la crisis. En 1932 el electorado le cobró caro, eligiendo al demócrata Franklin Roosevelt como el 32 Presidente de los Estados Unidos.

DICK, EL TRAMPOSO

Desde agosto de 1974, Gerald Ford, quien fuera relevista de Richard Nixon como líder del mundo libre, dirigía los destinos de un país divido y con heridas profundas ocasionadas por el homicidio impune de un Presidente, una guerra fallida en Vietnam, crisis energética y económica, además de un grave conflicto político que había ocasionado la renuncia de su predecesor por acusaciones de espionaje político. Sin muchas posibilidades de triunfo, el oriundo de Nebraska decidió postular su candidatura para reelección en 1976, donde se enfrentaba a un carismático pero poco preparado productor de cacahuates, que se desempeñó como Gobernador de Georgia. El demócrata James Earl Carter. En diciembre de ese año, el colegio electoral tenía un claro mandato. Elegir a un líder para el cambio.

¿CACAHUATES POR EL CAMBIO?

Tras tres años y medio de Administración, Carter no pudo proveer una mejora en la calidad de vida de los electores. Con 66 ciudadanos norteamericanos como rehenes de organizaciones estudiantiles en Irán durante 444 días y una crisis energética rampante que obligó a la austeridad y racionamiento del petróleo y gas, en 1980 se presentaba Ronald Reagan como contendiente por el partido republicano. Una estrella de Hollywood y ex Gobernador de California, hombre querido por los norteamericanos que, con la promesa de hacer grande de nuevo a los Estados Unidos, arrasó con 489 votos electorales contra 49 del presidente en funciones.

LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO

En 1992, George H.W. Bush, Presidente en funciones por el Partido Republicano, parecía un candidato imbatible. Había sido el vicepresidente y hombre fuerte durante 8 años de la Administración Reagan, un político sensato y con amplia experiencia en política exterior y seguridad nacional, pero con algunos defectos en política interna. En ese año, un joven Gobernador de Arkansas llamado William Clinton decidió postularse con pocas probabilidades de triunfo, sin embargo, con el diseño de una campaña mediática fresca e innovadora, que incluía un fuerte énfasis en economía del consumidor, mejoras al sistema sanitario y educativo, pudo vencer al Presidente 41 de los Estados Unidos. 

RESTAUREMOS EL ALMA DE LA NACIÓN

Promesas de cambio incumplidas, intento de juicio político por conspiración electoral, tensiones en Medio Oriente por el homicidio de un General, una crisis sanitaria y económica no controlada, y el sistema de salud sostenido con alfileres. No, no es una compilación de los factores que llevaron a la alternancia en el poder en las elecciones anteriores, sino las circunstancias actuales que enfrenta la economía más poderosa del mundo. Con una diferencia representativa en las encuestas contra su principal oponente, el presidente Donald Trump tiene un escenario difícil que enfrentar el 4 de noviembre de 2020. Veremos y diremos si estas condiciones facilitan el que Joseph Biden Jr. se convierta en el 46 Mandatario de los Estados Unidos.

¿KAMALA PARA LA GENTE?

“Quiero ser un Presidente de transición hacia la nueva generación”. Esta ha sido una frase que Biden ha repetido constantemente, por lo cual es probable que el 20 de enero de 2021 sea la única ocasión en que asuma la Presidencia de los Estados Unidos, debido a su avanzada edad. Ante este escenario y desde la campaña electoral de 2020, vemos a una candidata a la Vcepresidencia que parece estar en el bull pen electoral, preparándose para una eventual candidatura presidencial en el 2024.

Sin duda, los presidentes de un solo mandato han sido figuras controversiales que han aportado mucho a la vida pública norteamericana, incluso al dejar la Presidencia. Tal es el caso de un Jimmy Carter, incansable que ha dedicado su post presidencia a obras de caridad o George H.W. Bush, que se convirtió en un ideólogo indiscutible del Partido Republicano hacia el nuevo milenio. ¿Qué nos espera con una probable post presidencia Trump y Biden? Observemos atentos, las decisiones que se tomarán en los siguientes 60 días.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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José María Hernández Prado

Nació en Saltillo, Coahuila en 1995. Es Licenciado en Derecho y Maestrando en Administración por la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con un Diplomado en Liderazgo Ético por la Universidad de Texas, y está certificado como Asesor en Estrategias de Inversión por la AMIB. Galardonado con el Premio de Vinculación Universidad Empresa en su edición 2018.

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