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Tsunami reeleccionista

Cuauhtémoc Rodríguez, Alcalde udecista de Sabinas, lanzó la primera piedra: él fue alcalde en 2018 por un año para empatar las elecciones municipales con las federales de ese mismo año. Luego, alcanzó la reelección para el período actual (2019-2021). Y ahora pretende reelegirse de nuevo para el ciclo 2022-2024.

¿Cuál es el argumento de Cuauhtémoc y de 20 alcaldes de Coahuila en esa misma situación? Ellos no consideran como “mandato regular” el año de empate con los comicios federales, razón por la cual, buscarían su reelección por el período 2019-2021. José Martínez Valero y Salvador Nava Gomar, expertos electorales, precisan que dicha reelección es posible.

Pero, más allá de ese debate legal, hay una pregunta central: ¿cómo afectaría esa posible reelección de alcaldes al PAN, UDC y PRI con miras a la sucesión gubernamental de 2023 en Coahuila?

Sí el panista Jorge Zermeño insiste en reelegirse, eliminaría a su compañero militante Marcelo Torres Cofiño de la alcaldía de Torreón y le complicaría su eventual candidatura a la gubernatura del estado en 2023. Para dificultar las cosas, sí Zermeño opta por buscar la reelección, no tendría asegurado el triunfo electoral por el desempeño fallido en varias áreas de su administración municipal. 

Eliminado Torres Cofiño, Zermeño por edad y desgaste político, no llegaría a la contienda por la gubernatura en 2023, pero si le abriría las puertas a Guillermo Anaya para buscarla por tercera vez, de una manera o de otra.

Al PAN, también le crecerían otros candidatos para la grande en la Región Centro Carbonífera con dos prospectos de reelección: Alfredo Paredes, alcalde de Monclova, y Julio Long, alcalde de San Juan de Sabinas, integrantes los dos del llamado “otro PAN”. Sus aspiraciones quizá no lleguen lejos, pero Jesús de León, actual jerarca del PAN, tendría que sentarse –en su momento– a platicar con ellos en serio, so pena de disminuir las posibilidades de triunfo electoral para su partido en 2023.

En el caso de la UDC, el damnificado sería Emilio de Hoyos, diputado local y líder actual del Congreso, quien buscaría reemplazar al también udecista, Roberto de los Santos, alcalde de Acuña, para diseñar desde ahí, su candidatura a la gubernatura estatal en 2023. De ser así, ¿con qué gallo para la gubernatura cantaría Lenin Pérez, sempiterno líder de la UDC?, ¿o se lanzaría él mismo de nuevo, como acto sacrificial por el bien superior de los intereses de su partido?

Desde el interior de este tsunami reeleccionista, el PRI no cantaría tan mal las rancheras, pero con una diferencia crucial: en los priistas existe un principio de autoridad y disciplina vertical –ausentes en el PAN y la UDC– emanado desde el poder de la gubernatura estatal.

Aun así, el riesgo es alto. Pero podría disminuir a partir de las respuestas del gobernador Miguel Riquelme a las siguientes preguntas: ¿Qué pensarían grupos políticos distintos al de Manolo Jiménez, pero aliados con Riquelme, sí éste autoriza la reelección de Manolo? Porque con esa decisión sentaría las bases de una sucesión anticipada a la gubernatura.

¿Qué pasaría con Jericó Abramo Masso, candidato natural a la gubernatura, pero que ha tenido diferencias con el actual gobernador? ¿Qué ocurriría con otros grupos políticos priistas –no afines a Riquelme– interesados en ser tomados en cuenta con candidatos sólidos –por mérito y militancia–para buscar la gubernatura?

¿Qué sucedería con José María Fraustro, actual secretario de Gobierno, quien ha estado deshojando una margarita y trabajando con ahínco para ser alcalde de Saltillo?

En la reelección de sus alcaldes, el margen de equivocación para el PAN, la UDC y el PRI es mínimo. Porque Morena –con todas sus limitaciones– acecha como gárgola –grotesca y terrorífica–, montada sobre los hombros del liderazgo populista y mesiánico de AMLO, para arrasar en los 38 municipios de Coahuila en 2021.

@Canekvin

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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