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Políticos y servidores públicos milagro

Ahora que estamos entrando en época de campañas electorales llegó a mi mente la pregunta de cómo se podría hacer para que los políticos sean mesurados y no envuelvan a la gente con promesas que son muy difíciles de cumplir, por no decir imposibles.

A lo largo del tiempo he visto cómo los candidatos y sus equipos de campaña envuelven a la gente con promesas que, en un orden de pensamiento coherente no tienen pies ni cabeza. Lamentablemente la gente, en términos generales, tiene la necesidad de creer que se puede tener un mundo o situación mejor a la que están viviendo, y ahí está el principal elemento que explotan los candidatos políticos y sus equipos de campaña.

Una necesidad que es satisfecha con una promesa, creo que es muy poco.

Es por eso por lo que llegué a la conclusión que esas promesas son un producto o servicio milagro.

Si existiera un organismo independiente (aunque no le guste a alguien los contrapesos) que catalogue o clasifique las promesas de campaña y los discursos públicos en cuáles pueden ser alcanzados y cuáles no, estos últimos podrían ser censurados y prohibidos como lo hacen en la actualidad con productos y servicios que no cumplen lo que prometen en su publicidad.

Así como se piden resultados o el cumplimiento de las obligaciones fiscales, sanitarias y de calidad a los productos, debería de existir un órgano regulador, como la Procuraduría Federal de Consumidor, que prohíba a personas y equipo de campaña utilizar publicidad engañosa.  

Autoridades sanitarias independientes podrían argumentar cómo afecta mental y físicamente las promesas y las altas expectativas a la población, causando en forma colectiva un daño a la sociedad en términos generales.

Así, los políticos y los servidores públicos, como por ejemplo alcaldes, gobernadores, diputados y presidentes y funcionarios de primer nivel del Gobierno Federal, serían sancionados (en mi mente sería una sanción o multa grande) o prohibidas las promesas inalcanzables, y así no podrían generar expectativas que no pueden cumplir.

Lamentablemente no es así y el engaño a las personas es tal que prometen o mienten consistentemente sin que nadie haga algo al respecto o les ponga un alto.

Hoy en día la única consecuencia derivada de las mentiras y el proceder impropio ha sido sólo la alternancia en el poder, que nos ha traído hasta aquí con gobernantes que no nos merecemos… o tal vez sí, por ser crédulos y no saber cómo cuestionarlos.

Veo cómo se manipulan en la actualidad con los temas de la pandemia. Sigo creyendo que la gente es inocente y las “autoridades” aprovechan eso para su propio beneficio, sea particular o el poder por el poder mismo.

Si la gente pudiera ver las contradicciones y cómo se comportan los políticos y servidores públicos, se darían cuenta que los siguen como una secta a su líder o como los fieles a sus líderes religiosos sin cuestionarlos.

Cuando se quitan la venda de los ojos es cuando ya fueron afectados en su patrimonio, en sus trabajos o en la manera de obtener ingresos o sus bienes y productos, y a partir de ahí reclaman sus derechos y ven que la sociedad tiene poder en la toma de decisiones.

Una Profeco de los políticos y partidos políticos que no permita servidores públicos y políticos milagro sería de gran ayuda, un contrapeso fuerte a este mal que nos aqueja.

gerardo.delatorre@gmail gerardo@dltorre.mx

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Gerardo de la Torre

Regio, economista y Rayado. Especialista en comunicación.