Ni con ayuda

Como era de esperarse por el plantel que tiene y por el cuerpo técnico que llegó para este torneo, el Monterrey comienza a fraguar.

Mérito tiene la directiva por haber elegido a Torrent, quien, pese a no tener a un gran equipo en San Luis, la calidad de su trabajo se notaba.

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Tras el primer tropiezo de la fecha 1 ante Pachuca, reaccionaron y ligaron ya cinco triunfos en cascada; salvo el juego pasado ante Mazatlán, que en la segunda parte se dedicaron a tirar rostro y a vivir de lo que habían hecho en el primer tiempo, les metieron un susto y por casi nada les sacan el empate.

Y era el Mazatlán, el mismo que anoche le metió otro susto a Tigres.

Ahora frente a Necaxa, todo fue mantener el orden y remar y remar hasta acertar las opciones que tuvieron.

Ocampos abrió el marcador con un escopetazo violento de fuera del área; Canales exhibió al guardameta argentino que se comió entero el gol olímpico que le tiró con comba y Ramos cerró la cuenta con un tiro penal muy certero que puso allá, casi al rincón.

Necaxa no trae nada. Los dirige un entrenador que jamás ha ganado una Liga, que lo echaron por malo de Chivas y hasta los minisplits se robó; lo echaron por malo de Boca y nadie se explica qué los hace pensar que puede hacer algo con ese modesto equipo de los Rayos, que históricamente ha sido una comparsa, excepto cuando Manolo Lapuente los hizo campeones e hicieron época el siglo pasado… con las sobras del América.

Pero eso no le importa al Monterrey que ahora aparece encabezando la tabla, mientras los medios chilangos siguen hablando de sus equipos favoritos y excluyen a los regios a los cuales odian cordialmente.

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Y Tigres, ayer en el estadio con nombre de botana chicharronera, sufrió mucho y al final pudo salir sin derrota, gracias al apoyo de los señores colegiados que alguna orden deben recibir para favorecer a ciertos equipos.

De entrada, aunque la expulsión al minuto 2 de Colula pareció exagerada, estuvo apegada a reglamento. Si bien no fue una patada como tal, sí fue una entrada temeraria e imprudente, que provocó que el jugador mazatleco le doblara el tobillo a Joaquín. Tuviera o no intención.

Sin embargo, un pisotón de Chuyito Garza sobre el tobillo de Benedetti, la calificó de amarilla. Como usted sabe, los señores árbitros, por órdenes de sus instructores califican pisotones y patadas, dependiendo de a qué altura se den, cosa que en ninguna parte dice el reglamento.

No dice que lo puedes pisar y machacarle los dedos y los metatarsianos del empeine y tendrás una amarilla… peeeero, si es dos centímetros arriba, en pleno tobillo, es roja. En ningún lado del reglamento dice eso. En el manual de procedimientos de los jueces mexicanos, sí lo dice. ¿Por qué?… por sus aguacatotes, nada más por eso.

Ojo, que los dirige un argentino, que procede de uno de los balompié más corruptos del Mundo, de donde se quejan siempre los mexicanos que los acuchillan en Libertadores y Copa América, de ahí trajeron a su nuevo presidente, delegado o lo que sea.

Bueno, pues Garza le dio en el tobillo, y solo lo amonestaron.

¿Por qué?…

Los dos goles que les anularon a los Tigres, técnicamente estuvieron bien anulados. En el de Gignac, apenas por una nariz, y en la otra acción que reclamaron más, de Purata, estaba un metro adelante, pero es complicado que un jugador entienda la Regla. Para ellos eso es física cuántica.

Lo que sí sonó inexplicable es de dónde sacó 9 minutos de compensación y como no anotaron, le añadió dos más que, bueno, se habían perdido revisando una jugada en el VAR y luego se tardaron casi 10 minutos revisando la acción de Purata, no sé si estaban negociando por cel, que les depositaran o no les gustó la cantidad que les ofrecían o vaya usted a saber, pero en 3 segundos te das cuenta de que era Fuera de Juego.

Todavía se cumplen 11 minutos y les da uno y medio más para que intentaran ganar…

Y nada…

Tigres, otra vez exhibiendo sus carencias y la falta de talento en la cancha y en la banca. Ni con ayuda pudo ganar…

Ante Mazatlán… contra diez… con ayuda… qué vergüenza.