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MARIANA: ASESINO IMPUNE EN CHIAPAS ACABÓ CON SU SUEÑO SALTILLENSE

Mariana, se tomó una foto frente al Palacio de Gobierno en Saltillo, en julio del año pasado.

+ Deseaba vivir en Coahuila para reunirse con mamá

Mariana, en su visita a Saltillo a mediados del 2020, soñaba con reunirse con su mamá y hacer vida aquí.

Saltillo, Coah.- Mariana soñaba con hacer vida en Saltillo, seguir su preparación profesional cerca de Monterrey, donde había realizado su internado por la carrera de Medicina en Chiapas. Hoy, miles de mujeres protestan en el País exigiendo justicia para la joven que denunció en días previos una violación y constante acoso, pero fue ignorada por las autoridades chiapanecas.

El cuerpo de Mariana Sánchez Dávalos, de 24 años de edad, fue encontrado el pasado 28 de enero y hasta el momento la familia espera el resultado de las pruebas periciales que determinarán si fue un suicidio o –como aseguran tanto familia, amigos, conocidos y miles de personas por redes sociales— se trata de un asesinato cometido con todas las agravantes y perpetrado presuntamente por un compañero de trabajo en una clínica de Ocosingo, a donde la joven llegó en agosto de 2020.

Ahí realizaba su servicio social la estudiante de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) en una clínica de la comunidad Nueva Palestina, tras ver frustrado de momento su sueño de realizar esa vida aquí en Saltillo, donde radica desde hace tiempo su mamá Lourdes, quien a diversos medios relató el infierno que su hija sufrió, tras no poder llegar a Coahuila.

Explicó que a la joven le fue negada la oportunidad de hacer ese servicio en alguna comunidad de Saltillo.

Incluso, en su muro de Facebook, Mariana tiene fotos tomadas el 16 de julio del 2020 en esta ciudad, donde se le ve sonriente y esperanzada. Días después obligadamente llegaría al lugar que la esperaba con funesto final.

«Ella quiso asegurar la puerta cuando dormía, pero el hombre se metió no una, fueron varias veces, de hecho ella estaba durmiendo, me lo platicó muy alterada, incluso se metió a la cama de ella y la tocó a la fuerza, fue cuando ella comenzó a insistir que quería seguridad, un cambio de puesto», relató en la entrevista reproducida por Zócalo Saltillo.

«Quería una especialidad en Patología o Pediatría, quería tener bebés, le encantaban los niños, era una persona totalmente independiente, quería ayudar».

La última conversación que tuvo con Mariana fue el 27 de enero, vía telefónica. Ya después sólo 20 minutos para despedirse de su cuerpo en el velatorio.

Por el momento, miles de usuarios de redes sociales apoyan a la familia de Mariana en el señalamiento de responsabilidad por lo que catalogan de feminicidio: Desde a la autoridades de procuración de justicia de aquel Estado hasta las de vinculación academia-Sector Salud, pues pese a la denuncia por violación y acoso señalando a su compañero, nadie le brindó la protección mínima.

Así sentencian públicamente: Permitieron que el asesino actuara con total impunidad… ahora luchan para que ese crimen no vaya a quedar sin castigo y el o los responsables sean identificados, detenidos, procesados y castigados con todo el rigor de la Ley.

En estos últimos días, la familia y redes sociales luchan porque el caso sea visibilizado, los responsables en sus distintos ámbitos exhibidos y sancionados. Luchan porque un feminicidio más en Chiapas, en el País, no sea sólo una estadística. Que tenga rostro, el de Mariana, la joven que nació en la Ciudad de México, estudió en Chiapas y soñaba con reunirse con Lourdes en Saltillo… y quizá, con el tiempo, ser mamá.

Un mes antes de llegar a Ocosingo, Mariana estuvo en la Capital de Coahuila. Aquí en la Plaza de Armas.

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