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Los problemas de Nuevo León y porque no se resuelven

Mientras el gobernador Samuel busca una candidatura para ser Presidente de México, Monterrey se muere de sed.

Hemos hablado mucho, no soy el único, mucha gente lo ha hecho, sobre la importancia del agua. Que es un recurso básico para el desarrollo sostenible, que es necesaria para mantener la integridad del medio ambiente, que contribuye al alivio de la pobreza y el hambre, y que es indispensable en la salud y bienestar de las personas.

Lo vergonzante es que mientras Nuevo León se muere de sed, por la falta de agua, el gobernador solo tiene un interés en mente: atender la petición del presidente López Obrador para interpretar la charada de competir por la presidencia de México, con el único propósito de distraer a los votantes. 

La gente pensante de Nuevo León se pregunta ¿qué le sabe AMLO a Samuel, que lo puede manejar como un títere guiñol de la pobre política mexicana?

Porque, estimado lector, no crea que Samuel no sabe qué papel le toca representar en esta obra de teatro gris, que parece más una tragicomedia que otra cosa. 

Samuel sabe que no tiene ninguna oportunidad de ser presidente de México, jamás será presidente. No se necesita ser un genio para darse cuenta.

Mientras tanto, en Ciudad Gótica… 

Seguimos padeciendo la ineficiencia de las autoridades, la falta de agua y la pobre planeación urbana. La guerra entre los sicarios del crimen organizado. Los asesinatos a domicilio. La impunidad. La falta de planeación en la vialidad de la ciudad. El ahorcamiento de las calles y avenidas con obras que no sirven para nada: como el mamotreto que están construyendo alrededor del Arco de la Independencia o la manera como estrangulan la vialidad con la ampliación de las banquetas, usted sabe de qué le estoy hablando, en el centro de la ciudad.

Si había quejas contra el alcalde de San Pedro, Miguel Treviño, por los arreglos en el centrito, con todo esto ya no hay ni quien se acuerde del susodicho.
La ciudad solo muestra caos. Hay personas que piensan que nunca había estado Monterrey “más peor” que ahora.

Y luego salen los encuestadores del periódico El Norte, a preguntar en las colonias elegantes, de clase media, como San Gerónimo, sobre si están contentos con los parques, vigilancia y jardines. Claro que las respuestas son muy halagadoras para el alcalde Colosio.

Me pregunto si fueron a las colonias donde falta agua, vigilancia, seguridad y parques. Me pregunto si fueron al poniente y sur de Monterrey, así como a los municipios de Apodaca, San Nicolas, García y Santa Catarina, entre otros.

Pero bueno, ellos hacen su chamba y la hacen bien.

Hay cosas que no se están haciendo. En mis escritos anteriores hablaba de lo que hacen en otras países para apoyar la resiliencia de las ciudades.

El calentamiento global ha cambiado la geografía y el comportamiento del planeta sorprende hasta los científicos más acuciosos.

Pero en nuestra ciudad, con estas autoridades, no pasa nada. Por otro lado, tenemos en las empresas un respaldo incondicional, nacido del ADN social, de los que las dirigen y las operan.

Decenas de empresas fueron reconocidas por su contribución al programa social del gobierno “hambre cero” enfocado en erradicar la pobreza extrema. Por ahí estuvieron representantes de empresas como Heineken México, Cemex, Soriana, Sigma, OXXO, Televisa, HEB, Total Home, el TEC y las otras universidades. Sería muy largo referirnos a todas las empresas que participaron. Claro la entrega de reconocimientos fue un teatro de halagos mutuos entre el gobernador y su delfín Martha Herrera.

Pero, hay que reconocer que es una iniciativa muy buena. Ojalá y se hiciera lo mismo para cambiar la ciudad para que se aproveche el agua en todas sus variantes. Agua potable, agua reciclada, agua tratada, aguas grises, agua de lluvia. No es que ignoren como hacerlo, es solo que no lo tienen como prioridad: usted, querido lector, ¿puede recordar desde hace cuánto tiempo se inunda el paso a desnivel de Fidel Velázquez, debajo del puente negro del ferrocarril?

¿20 años? ¿Treinta años? ¿Cuarenta años?

Y así como ese lugar hay decenas de sitios en la ciudad que es imposible transitarlos con la más pequeña lluvia que recibamos.

No estamos preparados para cosechar el agua de lluvia, no lo estamos de manera individual, ni grupal, ni como ciudad.

Hay lugares en el mundo en donde se construyen tanques de almacenamiento para usar el agua de lluvia para los servicios sanitarios, para el riego y para limpiarla y consumirla. Para lograr eso se canaliza el agua que se recibe en las grandes extensiones de techos. 

Se imagina si todos los edificios del parque fundidora canalizaran el agua de lluvia para ser guardada en grandes depósitos. O si hiciera lo mismo en los estadios de futbol techados y no techados.

Mientras hay empresas como Heineken México que plantan miles de árboles para canalizar el agua al subsuelo. O por ejemplo: FEMSA, ALFA, y ARKA, todos ellos contribuyen reciclando el agua y abasteciendo con agua tratada a otras industrias de la ciudad.

Hay otras empresas como Amanco Wabin, que apoyan la captación de agua pluvial y el uso de canales para captar el agua de lluvia. Ofreciendo alternativas tecnológicas, como medidas sostenibles, para el ahorro y aprovechamiento del agua.

Contribuir con un sistema de recolección de agua de lluvia no solo permite colectar el gua, sino que, además, aumenta la vida útil de paredes y fachadas, lo que permite prevenir daños a viviendas y edificios.

Las soluciones ahí están, el interés político del gobernador está más enfocado a servirle de comparsa a López Obrador.

No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la próxima.

hirampeon@gmail.com


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HIRAM PEÓN es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.
@Hirampeon