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La prohibición de duelos y desafíos

En esta ocasión te platico que en esta hermosa ciudad, cuando era llamada Villa de Santiago del Saltillo, época en la cual las diferencias entre caballeros se arreglaban por medio de duelos o desafíos, el Rey Felipe V de Borbón, a quien apodaban “El Animoso”, decidió prohibir de manera definitiva los duelos, enviando a las autoridades de La Villa el 15 de abril de 1725, una Real Cédula que dice a la letra:

“Declaro (…) que el desafío o duelo debe tenerse y estimarse en todos mis reinos por delito infame y en consecuencia de esto mando que los que desafiaren, los que admitieren desafío, los que intervinieren en ellos por terceros o padrinos, los que llevaren carteles o papeles con la noticia o recado de palabra para el mismo fin, pierdan irremisiblemente por el mismo hecho todos los oficios, rentas y honores que tuvieren por mi real gracia y sean inhábiles para tenerlos durante toda su vida y si fueren caballeros de alguna de las cuatro órdenes militares se les degrade de este honor

Es decir, el Rey Animoso señaló que, si participabas en un duelo o comunicaras la noticia, por decreto real quedarías sin posesiones materiales, incluso si el desafío o duelo no fueren llevados a cabo. En otras palabras, sería pobre por decreto real.

Pero si el desafío tuviera lugar y aunque no hubiese muertos ni heridos en la riña, la pena sería la muerte. En caso de que hubiese un muerto, es preciso aclarar que el vivo moriría por castigo real, además de que se le confiscarían todos sus bienes dejando solo para sus hijos lo estrictamente necesario para el sustento.

Para dar cumplimiento a la disposición real, don Manuel de Jiménez, teniente general de alcalde mayor, hizo pública la disposición el día festivo siguiente al término de la misa, en voz del pregonero real Juan de la Cruz, para así lograr que nadie alegara la ignorancia de la nueva ley real enviada desde España.

Así es, amigas y amigos, los duelos y desafíos quedaron prohibidos en esta hermosa ciudad de Saltillo cuando era villa y esto fue por decreto real. Y en caso de que se te ocurriera participar en uno y la suerte te acompañaba al sobrevivir a las balas de tu adversario, la suerte sería por poco tiempo, ya que si sobrevivías al duelo, seguramente morirías por decreto del Rey.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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