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‘El Sufrido’: El lugar donde los árboles decrecen

La autora española Laura Gallego escribió un libro que lleva por título “Donde los Árboles Cantan”, y fue publicado en el año 2011. La temática por supuesto es de fantasía, en esa historia situada en el Medievo, la protagonista, Viana, va a un bosque donde los arboles además de cantar guardan muchos otros secretos.

En California, estado del vecino país del norte, existe un bosque donde habitan los arboles más grandes del mundo: Las sequoias gigantes son árboles perennifolios que alcanzan (en el caso del llamado Hyperion) los 115 metros de altura, y además de ser tan altos han vivido varios cientos de años.

Y así, hay listas de árboles más bonitos del mundo, de los más exóticos, de los más pequeños, de los más raros, etc. Pero yo conozco un lugar diferente, un lugar donde los árboles decrecen, es en serio, imagínense que hace 4 años un amigo de Monclova me regaló unos encinos de 1 metro de altura y al día de hoy miden como 75 centímetros.

Y es que hay varias razones para eso, en ese lugar hay varios factores, uno es el frío intenso que en otoño e invierno la temperatura llega a varios grados Centígrados bajo cero, y al combinarse con el viento la sensación es mucho más fría, lo que provoca congelamiento y muerte de las ramas e incluso de todo el árbol.

Los topos.- Malditos topos, desde que llegamos a ese lugar y al limpiar la maleza se espantaron las serpientes de cascabel que ahí habitaban. Al no haber ese depredador natural, los topos proliferaron y éstos se alimentan con las raíces de los pequeños encinos, ya cuando te das cuenta ya se están secando y los levantas fácilmente porque ya no tienen raíz; a un amigo le encargué me consiguiera unos artefactos solares conocidos como “ahuyenta topos”, creo se equivocó y me trajo “atrae topos”, porque a raíz que los coloqué en el predio, al parecer la población de esos pequeños roedores aumentó.

Las hormigas.- ¡A como dan lata esos pequeños insectos! que con su afán de almacenar alimentos para el invierno, toda la primavera y verano se la pasan cortando pequeñas partes de las hojas, principalmente de los manzanos y duraznos, y si bien las hemos combatido dentro de la propiedad, llegan de hormigueros aledaños. Las plantas, al captar menos luz solar pues simplemente no crecen.

El granizo.- Los arbolitos de “El Sufrido” al estar a más de 2000 metros de altura, cada año sufren varias veces la caída de granizo, lo que provoca que las hojas y algunas tiernas ramas se vean perjudicadas afectando al crecimiento de los árboles.

Las liebres y los conejos.- A estos pequeños y rápidos mamíferos herbívoros les dio por cortar las partes tiernas de los pequeños arbolitos, esto hace que no se desarrollen adecuadamente e incluso al perder ramas estén más pequeños.

Así es “El Sufrido”, también sufre la escasez de agua y los arbolitos se riegan sólo una vez a la semana y cuando llueve, y aunque se les pone fertilizantes naturales (caca de vaca) o artificiales (fósforo y potasio) nomás no crecen, al contrario, cada vez se ven más pequeños y dígame usted si no tengo razón, hay unos encinos que van para tres años y sólo miden como 20 centímetros.

Por eso “El Sufrido” es “El lugar donde los árboles decrecen”, pero en ese lugar nos hemos propuesto crear un bosque y no cejaremos en nuestro esfuerzo, ya que debemos de cumplir con los tres objetivos básicos del ser humano: Escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol.

Nos leemos.

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Juan Carlos Guzmán

Nacido en Mapimí, Durango, se desempeña en áreas administrativas privadas y públicas. Sus pasiones: La familia, viajar, caminar en el campo y correr.

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