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EL CICLÓN ANTIREVOLUCIONARIO Y PANTEONES RURALES

El ciclón de 1909 evitó que el viento revolucionario afectara a Linares.

Ese año quedó cerrada de nuevo «La Puerta del Sur», años de esfuerzos para tener un camino de ruedas a través del Cañón de Santa Rosa quedaron terminados.

El huracán cerró también la puerta de la violencia revolucionaria, que habría de llegar en 1910, con el Plan de San Luis, que proclamó don Francisco I Madero.

«En los últimos días de agosto cayó una tempestad impresionante que hizo bramar los derramaderos de la Sierra Madre Oriental y destruyó muchos tramos del camino a Galeana.

«El ciclón de agosto de 1909 destruyó también el Puente Negro de ferrocarril y durante buen tiempo no se tuvo comunicación con el Estado de Tamaulipas. Se envió correspondencia a don Ramón García Chávarri, Secretario de Gobierno, donde el Alcalde manifiesta: «Tengo el honor de participar a usted, suplicándole se digne elevarlo al conocimiento del señor Gobernador, que los trabajos del camino a Santa Rosa, en la parte que a esta municipalidad corresponde, ha quedado terminado ya, pudiendo transitar por la expresada carretera toda clase de vehículos».

Esto fue escrito en marzo de 1909. Para septiembre de 1909 todo estaba destruido, se imponía empezar de nuevo.

«No hay que por mal, que por su bien no llegue». Ese hecho aisló mucho al Altiplano con la Llanura Costera del Golfo, donde está Linares, y quizá eso influyó a que los efectos de Revolución Mexicana no llegaran con intensidad al municipio.

PANTEONES RURALES, RICA FUENTE DE INFORMACIÓN HISTÓRICA

En esos primeros años del Siglo XX, la Ciudad de Linares se transformaba en su plano urbano; se mejoraban las calles, el servicio del tranvía de mulas unía a la comunidad de La Loma con el viejo panteón que estaba donde hoy está la Capilla «El Ángel».

¿Pero en las comunidades rurales, qué pasaba con los muertos?

El Fresno, que fue la rica hacienda de don Guillermo Morales, celebró con gran fiesta la inauguración de su panteón en terreno donado por la familia Galván.

En el amplio terreno donde quedó el panteón se daría servicio a los vecinos de Caja Pinta, La Carrera, El Valle, San Francisco Tenamaxtle, El Mosquito, Álamos, Pinolillo, Enramadas, Nogalillos, Santa Teresa, Boquilla, Dolores, San Rafael, San Pedro, Rancho Nuevo, El Caracol, Los Pozos, La Piedra, Los Nogales, La Reforma, Majada Blanca, Guajolote, Ranchería y El Puerto.

En total, todas esas comunidades rurales tenían una población de 2000 habitantes, en la primera década del Siglo XX.

La nota tiene importancia porque en este mes de marzo se inician LOS CENSOS NACIONALES, en donde quedará la evidencia de esas comunidades rurales que en principios del Siglo XX, una vez muerto alguno de sus habitantes, habrían de ser sepultados en el panteón de El Fresno.

Cada miembro de alguna de esas familias rurales seguramente tiene ahí el origen de su genealogía.

Además el CENSO 2020 nos informará la población actual que hoy tiene esa importante franja de territorio que pertenece a LINARES.

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