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Dios nos agarre confesados

Lo escribí antes de la pandemia en este espacio: AMLO no respetará pacto con expresidente alguno. Dosificará información confidencial de manera estratégica para enjuiciar política y mediáticamente a políticos cercanos a ese expresidente y, eventualmente, lo hará con él también. Luego, intentará meterlos a la cárcel, uno por uno.

La pandemia cataclísmica en salud y economía desnudó las miserias de la 4T y puso en riesgo sus posibilidades electorales en 2021 y 2024; y también la ratificación del mandato de AMLO en 2022.

Entonces, nuestro prócer le preguntó a un cuadro con la figura de Benito Juárez ubicado en Palacio Nacional: “Ahorita que Beatriz no me ve, ¿tú qué harías, mi Beni?” Juárez -apanicado- calló y AMLO interpretó su silencio así:

Primer acto: ¡Traigan a Emilio Lozoya!

Emilio fue traído desde España después de una dura negociación entre su padre Emilio Lozoya Thalmann y Alejandro Gertz, fiscal general de la República.

Llegó y sacó su escopeta acusadora con una consigna clara: dañar “la respetable reputación” de cuatro de los adversarios más notables de AMLO: Carlos Salinas, Felipe Calderón, Ricardo Anaya, Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto, entre 11 políticos más.

Pero, surgieron tres problemas: Lozoya no ofreció pruebas contundentes para sortear el enramado jurídico que auspicia la impunidad y él, entre la confusión acusatoria, se blindó; varios de los delitos habían prescrito y AMLO, en su desesperación por acabar con sus adversarios, invalidó todo posible juicio porque los juzgó mediática y políticamente sin respetar el debido proceso que incluye como derecho fundamental de los acusados el debido proceso ligado al principio de presunción de inocencia.

Entonces, el prócer susurró al oído de Benito Juárez: “no me estás ayudando, Beni, con todo respeto, pero qué gacho eres”.

Segundo acto: ¡Qué el Pueblo exija  una consulta popular para enjuiciar   a los expresidentes!

Morena intentó conseguir el millón 600 mil firmas requeridos para tal propósito, pero a 48 horas previas al cierre, sólo pudo reunir 800 mil firmas. Entonces, el mismo AMLO -a través de su consejero jurídico- solicitó al Senado una consulta de juicio con una pregunta -sesgada- para ser utilizada en la misma. Éste entregó dicha petición a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

“Ya viste, mi Beni, tu silencio de prócer me inspiró -aunque me tomó tiempo comprenderlo: cierto, tuve que darle un empujón al pueblo sabio y bueno, pero éste juzgará y quemará en leña verde a los expresidentes en el Zócalo. Perdón, perdón, ya soné como el escritor fascista, Francisco Moreno… je je je. No era mi intención, pues, como dice Beatriz, nosotros amamos al prójimo, porque lo que mas falta en México es amor”.

Tercer acto: “Doblada pero va,   la consulta a los expresidentes”

El jueves pasado, el ministro Luis María Aguilar subrayó que la solicitud de consulta para enjuiciar a los expresidentes era anticonstitucional. Ante esta postura, AMLO amenazó a los magistrados de la Suprema Corte: sí no aprobaban la consulta para enjuiciar a los expresidentes él modificaría el artículo 35 de la Constitución para asegurar -por encima del poder de los magistrados- la prerrogativa ciudadana de participar en consultas populares.

El resultado: con una votación de 6-5 la SCJN votó a favor de la solicitud de consulta con dos variantes; la pregunta sustituye “expresidentes” por actores políticos y sus resultados no son vinculantes. Es decir, ni la Fiscalía General o los mismos magistrados podrán procurar o impartir justicia con los resultados de la consulta.

Entonces, ¿cuál es su sentido? Cumplir una promesa electoral de AMLO; empoderar a sus seguidores mediante la consulta popular vía una democracia participativa; fortalecer sus posibilidades electorales en 2021 y 2024; ratificar su mandato en 2022 y mantener vivo el proyecto de la 4T de 2024 a 2030.

¿Y los 8 mil millones de pesos que costará la consulta? “Son minucias, diría el prócer, darle voz al pueblo es lo importante”. ¿Y los expresidentes? Madreada “su inmaculada reputación” seguirán con sus vidas. ¿Y la distinción entre los poderes Ejecutivo y Judicial? Para el olvido.

En síntesis: AMLO fortalecerá -con visos dictatoriales- el poder en su persona. Y utilizará la figura de la consulta popular o pública para afirmar más ese poder en el tiempo.

“Gracias por tus consejos mi Beni” dice un exultante AMLO, mientras abraza el cuadro de Benito Juárez quien cierra sus ojos y en un desliz clerical dice para sí mismo: “con este hombre, Dios nos agarre confesados”.

@Canekvin

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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