La diferencia entre buscar y generar, entre consultar y ejecutar es muy amplia. Para los profesionistas de cualquier sector esto marca un antes y un después, pues la forma en que se trabaja ahora es muy diferente.
Me encanta trabajar en lugares públicos porque conozco gente, atiendo algunos clientes y por supuesto escucho conversaciones. Esta semana escuché un par de estudiantes discutiendo sobre quién era mejor si la IA o Google.
Comparar a Google con una inteligencia artificial generativa es como comparar una brújula con un copiloto, que también sabe conducir. Ambas herramientas son valiosas, pero su propósito, alcance y forma de interactuar son distintos.
Google está diseñado para ofrecer opciones: enlaces, rutas, referencias, pero tú como usuario lo interpretas y tú decides. En cambio, una IA no sólo entiende lo que dices, sino también el contexto, la intención y, lo más importante, puede ejecutar.
La diferencia entre buscar y generar, entre consultar y ejecutar es muy amplia. Para los profesionistas de cualquier sector esto marca un antes y un después, pues la forma en que se trabaja ahora es muy diferente.
Por ejemplo, hasta hace poco, gran parte del trabajo de abogados, médicos, periodistas, ingenieros y docentes consistía en encontrar información, interpretarla y convertirla en una presentación, un diagnóstico o un plan de trabajo, y aunque Google ofrecía la información, el análisis era humano.
Con la IA generativa estas tareas se automatizan, pero eso no significa que reemplace al profesional, porque éste seguirá decidiendo qué se genera, cómo se genera y qué se aprueba.
Sin embargo es importante que el profesionista aprenda a “pedirle cosas”, es decir redacte buenos prompts, verifique fuentes, y entienda cómo funcionan los modelos.
En marketing la productividad y la toma de decisiones son prioritarias. En esta área la IA puede resumir un contrato complejo, proponer mejoras a tus procesos internos, ayudarte a capacitar a tu equipo con simulaciones personalizadas, o incluso anticipar necesidades de tus clientes mediante análisis predictivos. Y esto no es ciencia ficción: es hoy.
Pero para eso, el enfoque debe cambiar. No se trata de preguntarle cosas como a Google. Se trata de delegarle tareas.
La verdadera transformación ocurre cuando dejas de verla como una fuente de respuestas y la adoptas como una extensión de tu capacidad profesional. La IA no reemplaza tu criterio, tu visión, tu creatividad. Al contrario, la multiplica. La amplifica. Te permite hacer más, con menos esfuerzo y en menos tiempo.
Quienes entienden esto, ya están marcando la diferencia, pero como toda tecnología también tiene riesgos, muchas veces la IA genera contenido sin citar, lo que puede derivar en errores, sesgos o directamente desinformación.
Por eso la supervisión humana sigue siendo crítica.
Todos los comentarios son bienvenidos a veronica@vaes.com.mx
Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.

Verónica Valencia
VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital. Es consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Ha trabajado en periódicos como Grupo Reforma, Milenio y El Mañana de Reynosa.