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AMLO y el México enano

La respuesta de la UNAM y la de AMLO, al affaire Esquivel Mossa, muestran que como Estado y nación vivimos la filosofía de: “Quien no tranza no avanza”…

No solamente Yasmín Esquivel resulta exhibida con la resolución de la UNAM que confirma el plagio de su tesis, pues desnudados han sido el Presidente, corcholatería, poderes, instituciones y la misma Nación Mexicana.

Nada extraño que Andrés Manuel López Obrador defienda a su Ministra, se rasgue las vestiduras, suelte a su jauría, le haga al ensarapado, porque de todas sus propuestas la de Esquivel es de las menos “piores”.

Si le interesara cumplir la ley, si la ética encuentra lugar la bodega de su pecho, Rosario Piedra no sería ombudsperson, su Gabinete, sus propuestas para la CRE y otras instituciones no serían cien por ciento lealtad y cero capacidad.

Pero el macuspano, la Ministra de marras, las corcholatas cuatroteras y muy comúnmente políticos y ventajosos de todo tipo, son de esos muchos mexicanos que pidieron a Dios, no que les diera, sino los pusiera donde hay.

No es mentira que la UNAM carece de facultades expresas para retirar el título, igualmente es real que las autoridades universitarias o políticas, nunca han hecho nada para dotarse de herramientas para exigir el cumplimiento.

No es falso que las cédulas profesionales solamente las extiende la SEP, tampoco que el Poder Ejecutivo, el legislativo, el Judicial o las instituciones nunca comprueban los documentos que reciben y dan por buenos.

Diría el clásico que “haiga sido como haiga sido”, Esquivel llega por un camino en que su título fue avalado por los gobiernos de Vicente Fox, de Marcelo Ebrard, y las instituciones muchas por donde ha pasado.

Queda claro que de no haber sido por el acucioso Guillermo Sheridan, es probable que la Suprema Corte de Justicia de la Nación hoy no estuviera presidida por un abogada eminente sino por una pecadora estándar.

De hecho como país carecemos de leyes o reglamentos o instituciones, para verificar o certificar que los documentos que se exigen oficialmente a funcionarios públicos se han sido obtenido cumpliendo las normas legales y éticas.

Como muchos reporteros, el de la voz, ha intentado muchas veces que una institución o una universidad confirmen un título o que, un agraciado, cumplió los requisitos con documentos legalmente obtenidos.

Para esos caso la respuesta de las autoridades es que ahí sí, se trata de documentos personalísimos y por eso la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública los protege con el silencio.

Solamente los ciudadanos de pie tienen que comprobar que son quienes dicen ser, que estudiaron lo que dicen, que no delincuentes, a menos claro, que se encuentre un padrino o un ávida dollars que los avale.

Así que inmoral es AMLO por proponer y recomendar a Esquivel Mossa para Ministra de la Corte, porque queda claro que no investigó si cumplía, pero, seguro que de haber sabido hubiera cerrado antes todas las puertas.

Lo que sí, es que el caso Esquivel Mossa exhibe y desnuda (Como millones de influyentes, sobornadores, apadrinados) que en México la ley es solamente para quienes no tengan forma de vadearla o comprarla.

Si AMLO fuera quien dice ser usaría la coyuntura para empujar un cambio verdadero, ahí sí, de este país de la impunidad, a uno donde todos pasen el mismo rasero, pero el macuspano, es un gesticulador y un sicofante.

Todas las entidades de gobierno, las instituciones académicas, las instituciones de control o los órganos autónomos, creen que cumplen al recabar que el solicitante traiga un papelito con sellos oficiales.

Hoy tenemos que vernos al espejo de la aún ministra, ya de moral deteriorada por su pasado, pero peor, por las mentiras de su presente, y preguntarnos seriamente, si somos un país de enanos morales y queremos seguirlo siendo.

En 1987 Yasmín Esquivel debe haber tomado el atajo que muchos (Me incluyo) usamos más de una vez para hacer elásticos los requisitos, exigencias, trámites o imputaciones.

¿Cuántas veces no habremos violentado la ley con un soborno a un funcionario público, o con la intervención de un padrino influyente, tanto para saltar un trámite gravoso como para salir del atolladero?

Y si muchos matamos a la vaca y le amarramos la pata, yo pregunto, ¿Vamos a seguir así?

«El mexicano enano conoce la mística del compadrazgo porque él será capaz de obtener de este ligamen de fuerza y obligaciones morales las más altas ventajas económicas, sociales, políticas y pseudo-culturales que pueda aprovechar hombre alguno para sí mismo sin poder obtenerlas de otra manera” —Rivera Monroy, Óscar; El Mexicano Enano.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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EFRAÍN KLERIGAN

Fotógrafo, reportero, articulista desde 1970. Ha sido reportero local y articulista en periódicos y revistas de Ciudad de México, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. Como corresponsal ha trabajado con El Norte-Grupo Reforma, y como Stringer de AP, UPI, Telemundo, La Prensa, El Nacional, entre otros.

@efranklerigan