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Agua pasa por mi casa, o ¿no pasará?…

Desperté un lunes por la mañana como cualquier otro inicio de semana. Comenzaba a trabajar mientras leía noticias cortas en mi celular y hubo una que captó inmediatamente mi atención.

La primera vez que la leí no lo podía creer, ya que era algo tan inusual, que tuve que releer el título unas tres veces: “El agua ahora cotizará en el mercado de futuros en Wall Street”.

Una noticia dura para el inicio de la semana laboral. La nota decía que debido a la escasez del agua en California (sí, California, Estados Unidos), ahora el agua cotizaría en el mercado de futuros, el cual es parte del mercado de derivados, bajo el Índice Nasdaq Veles California Water (NQH2O).

Ahora bien, para quienes no somos expertos suena algo complicado, pero aquí trataré de explicarlo.

Primeramente, lo que cotizará o se negociará no es el bien en sí (como todo en Wall Street, nada es palpable), no negociará en agua debido a su naturaleza universal y las diferentes legislaciones.

Lo que se negociará en el mercado son los derechos sobre la misma, su uso y manejo por distintos actores.

Si bien el agua no tiene un dueño en sí, existen concesiones y licencias para su manejo y su corbo representa un cobro por el uso de ésta, lo que concede un derecho.

En fin, esto provocado a la creciente demanda de agua en el Estado de California y el posible desabasto o sequía.

Para ponerlo en otras palabras y agregar suspenso a esta novela estelar: Los agricultores tienen derechos de uso del agua. Algunos de ellos querrán vender esos derechos a terceros a cambio de una compensación monetaria, en caso de que no se quieran utilizar estos derechos de inmediato (cabe destacar que el mercado de futuros es siempre a largo plazo, que sería más de 12 meses, por lo cual, como su nombre lo indica, sirve para prepararse para eventos futuros, es decir, podré no necesitar 1,000 m3 de agua en este momento, pero sí en seis meses, en los cuales es sabido que hay sequía).

Y es aquí donde comienza el juego. Los defensores de la iniciativa alegan un mejor manejo de los recursos hídricos, más controles y una gestión de los derechos más transparente, lo que en el largo plazo se traduciría en garantizar agua dulce para todos y evitar la escasez de agua próxima. Todo esto suena increíble pero muy utópico.

Hay que recordar que el objetivo de los mercados es la generación de valor y no salvar el mundo de las crisis (las cuales son provocadas la mayoría de las veces por fallos en los mercados…) y mucho menos, en abogar por el medio ambiente.

De ser así se habría desincentivado el comercio de petróleo y desde los 80’s con el desarrollo de energías limpias, se habría optado por energía eólica y no los hidrocarburos.

Soy financiera, pero no soy defensora de los mercados de derivados y soy extremadamente escéptica de las opciones financieras y los futuros.

El primer contra que veo de la situación es el efecto de estas negociaciones en los precios del agua.

Así como cualquier otro commodity, el agua, o más bien los derechos del uso del agua (ajá) estarán sujetos al libre comercio, lo cual quiere decir que los precios variarán en la medida de las especulaciones que se hagan en dichos mercados.

Especulación es la palabra clave. Estas operaciones o cálculos más bien, son el pan de cada día en dichos mercados. Mientras ellos especulan con el mañana, miles de personas vivimos el hoy con los efectos de tales pronósticos.

Para ponerlo de manera simple: los especuladores comenzarán a hacer pronósticos sobre los eventos futuros y el comportamiento del mercado, esto generará un precio esperado, el cual generará ganancias o pérdidas para el inversor, según sea el caso.

En papel esto es meramente una operación matemática, pero en la vida real no somos un cálculo vago por un especulador de Wall Street. Es sabido que esto ha provocado en otros commodities, más que desarrollo, pobreza y una creciente en la brecha entre los países y las sociedades, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres siguen siendo pobres.

Basta ver ejemplos como el aumento en los precios de la Canasta Básica o el crash inmobiliario de 2008.

No digo que los mercados son el antagonista de la historia y que no debería haber mercado alguno. Obviamente se crearon para controlar los precios en un mundo cada vez más globalizado.

Teóricamente esto debería ayudar al desarrollo de los países y de la población, pero en la práctica eso no siempre se genera, debido a que hay muchos actores y todos quieren ganar a toda costa.

Siguiendo con el tema del agua… América Latina cuenta con un plan hídrico muy limitado o inexistente. México en específico este año lidiaba con una controversia al norte del País la cual no se ha resuelto y nadie se hace responsable. Para nosotros el agua representa una parte muy importante de la vida, pero nunca nos ponemos a pensar ¿Qué pasará el día que no haya agua?

En muchas ciudades del País los cortes de agua son una realidad y es claro que hay una crisis que debe atenderse.

Ahora que el agua cotizará en los mercados habría que echar un vistazo a los países con más recursos hídricos del mundo, como Canadá, Birmania o Rusia, los cuales tienen, contrario a México, una densidad de población muy baja en extensiones de tierra bastante amplias.

Además, en el caso de Rusia y Canadá cuentan con un plan hídrico robusto el cual forma parte de la agenda de gobierno.

Debo admitir que la noticia me dejó inquieta, pero no quiero sonar paranoica ni caer en el sensacionalismo.

Creo que esto es la oportunidad para abrir el debate sobre el uso del agua y ver la situación como prioridad en las agendas de todos los gobiernos y organizaciones, ya que es un recurso finito y que, al paso que vamos, puede llegar a ser el nuevo “oro negro” de las naciones.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusivo de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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Silvia Compean

Regiomontana hasta el hueso. Internacionalista, financiera y fashionista.
Mexicana en Estados Unidos. Curiosa del mundo y sus contrastes.

Fb: Silvia Compean

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