Ya tenía tiempo de que observaba, una apenas perceptible disminución de la agudeza visual (veía de menos, dice la raza).
Luego, ya no fue tan de menos y hubo necesidad de acudir con mi oftalmólogo, quien me corroboró la presencia de catarata bilateral (de los dos ojos), por lo que existía la necesidad, a mediados del año pasado (2024), de operar y retirar las cataratas.
Colocando en su lugar unos lentes especiales, que había necesidad de graduar previamente, «uno o los dos ojos», me preguntó el Dr. «Los dos de una vez», contesté» (como buen «mexican machou»). Como todo buen paciente, me esperé un buen tiempo, prudente, para ver si con el remedio «del poco caso» desaparecían las méndigas cataratas… ahí seguían, ni modo, a la operación.
Fui a la programación y me dieron para el 22 de abril de 2025. Ya estaba todo listo, ya estábamos en la fila cuatro o cinco gentes, gorro y bata puesta, vena canalizada (suero puesto), y no pues que no, que se tenía que suspender la cirugía porque habían fallado dos piezas de mano, pa’tras los fielders, que se pospone la cirugía.
Nos habíamos ido en uber y nos regresamos en el 214, omití (una disculpa) decir que la preparación preoperatoria incluye la administración local de un sinúmero de gotas oculares analgésicas (p’al dolor), dilatadoras de la pupila y antimicrobianas y presentarse en ayunas.
Ya para las 08:00 horas pasaditas nos andábamos desmayando de hambre, por lo que hubo necesidad de hacer una escala técnica en el Palax de Hidalgo, donde nos devolvieron el alma al cuerpo mediante suculentos almuerzos. El efecto de las gotas oculares incluye visión borrosa (como ver a través de un vidrio esmerilado) y nos regresamos, conmigo en calidad de cieguito.
El 29 de abril fue la fecha de reprogramación y entonces sí «pa dentro, que está lloviendo», nomás me acuerdo que me pusieron los campos quirúrgicos y ya no supe más, desperté de la anestesia y ahora sí regresarnos en uber, nada de camión.
La minusvalía ocular es terrible, por la tarde regresamos a una cita programada y que me dice el Dr. que la presión intraocular había aumentado al doble… y más gotas me agregaron y, lo peor de todo, reposo absoluto.
Para los que somos perros callejeros el reposo y absoluto es el peor de los castigos.
Pos ahí estuve, pospuse la reunión del comité de investigación del cual soy presidente, la junta se realizó ayer y después de la junta fui nuevamente a la consulta, chequé mis lentes antiguos y con el bifocal veía casi 20/20, me recetó ése el Dr. y «la luz se hizo», por lo que nuevamente empecé a leer y escribir porque mañana tengo nueva sesión.
Abrazos y buen día a todos.

DR. DAVID MORALES
Médico Internista desde 1979 hasta la actualidad, jubilado. Regio dedicado a la investigación clínica, aficionado pasionalmente a la Salud y sucedáneos, el Rock and roll y el Futbol Americano. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx