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SOLO 2% DE EXPERTOS CONSIDERA QUE ES BUEN MOMENTO PARA INVERTIR EN MÉXICO

Ante un entorno de incertidumbre y desaceleración económica, los especialistas del sector privado sostienen que no es buen momento para inyectar recursos en el país

En medio de un entorno económico marcado por la incertidumbre y la desaceleración, apenas el 2 por ciento de los especialistas en economía del sector privado considera que es buen momento para invertir en México.

Así lo revela la más reciente Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, publicada por el Banco de México, la cual recoge la opinión de 42 grupos de análisis y consultoría del país.

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La percepción negativa sobre el clima para la inversión domina entre los expertos: el 73 por ciento opina que la coyuntura actual es desfavorable para apostar capital en el país, mientras que solo un reducido 22 por ciento no está seguro de que sea una buena oportunidad.

En comparación con la encuesta de mayo, la percepción empeoró. Hace un mes, 65 por ciento de los expertos consideró que era un mal momento para invertir, mientras que 30 por ciento dijo no estar seguro. Únicamente el 5 por ciento sostuvo que era buen momento.

Este pesimismo contrasta con el ajuste al alza, aunque marginal, en las proyecciones de crecimiento económico para 2025.

La expectativa de aumento del Producto Interno Bruto pasó de 0.18 a 0.20 %, una mejora mínima que no alcanza a modificar el diagnóstico generalizado de estancamiento.

A la par, los pronósticos de inflación volvieron a subir, y se colocaron ya en 4.00 por ciento, lo que representa un desafío adicional para las finanzas familiares y las decisiones de consumo e inversión.

Pero más allá de las cifras, los analistas consultados por Banxico identificaron una serie de factores estructurales y coyunturales que están obstaculizando la recuperación y el crecimiento del país.

Uno de los principales es la incertidumbre interna, alimentada por cambios legislativos, tensiones políticas y señales contradictorias sobre el rumbo económico.

La debilidad institucional y la percepción de falta de respeto al Estado de derecho han debilitado la confianza de inversionistas nacionales y extranjeros, que optan por mantener sus capitales al margen.

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A esto se suma un entorno internacional complejo. La amenaza arancelaria de Donald Trump ha sembrado dudas sobre la estabilidad del comercio bilateral. Al mismo tiempo, la desaceleración económica del principal socio comercial de México ha reducido la demanda externa y, con ello, el impulso exportador que había sido uno de los motores del crecimiento en años recientes.

Internamente, la economía mexicana enfrenta una combinación de bajo consumo privado, débil inversión pública y restricciones fiscales que limitan la capacidad del gobierno para estimular la actividad productiva.

La inseguridad pública también sigue representando un obstáculo serio, al elevar los costos y riesgos operativos para empresas de todos los tamaños. En conjunto, estos factores han generado un entorno poco propicio para nuevos proyectos, con una atmósfera de espera y cautela que predomina entre los actores económicos.

Esta percepción de los especialistas del sector privado coincide con una profunda caída de 29.1 por ciento en la inversión física realizada con el gasto público. Esta caída es la mayor desde 1995, cuando se registró una disminución de 33.8 por ciento.

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