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Siempre fueron 11

¡Ni contra 10 pudieron!… podría decir la cabeza de una nota que relatara lo que pasó anoche en Toluca.

No se engañe…

Siempre fueron once. A pesar de que se fue Hieliño o como se llame el chamaco de color serio que expulsaron, Diablos se quedó con 11 en la cancha. Uno jamás tocó el balón, pero traía silbato.

Lo usó a discreción para pitar una patada por detrás, sin balón, de Barbosa sobre Canales que dejó en amarilla; la Regla 12 dice que debe ser roja… a menos que haya un arreglo con el silbante como podría haber ocurrido acá.

La mano de Canales que marcaron el partido de ida, antes de dar un pase a Corona y éste a Berte para anotar y luego anularles el tanto fue apenas perceptible… pero sin diferencia alguna con la que cometió Gallardo hacia el final del primer tiempo anoche. Un penal clarísimo, que no marcó el señor colegiado nomás por sus aguacatotes bien azules.

Y digamos que Fernando Hernández, el juez central, puede ser un árbitro que venda sus caricias y favores al mejor postor. Puede ser… no lo sabemos aunque todo haga parecer que sí… pero también se equivocó en favor de Rayados y le perdonó una segunda amarilla a Medina, a quien el Borracho de la lotería trajo toda la noche en calidad de jerga de gasolinero.

La amarilla a De la Rosa por pararse frente a la grada…¿qué?… eran ganas de joder del árbitro.

Corona le salvó el pellejo, al entrenador no, pero sí al árbitro. De haber anotado un gol cuando de un saque de banda llegó a burlar al arquero, luego «se le escapó» el balón… Hubiera sido un pavoroso caso, porque en el momento que se puso el balón en juego, había dos en la cancha.

Pero no culpemos de todo al árbitro.

Rayados no quería ya nada. Ya no quería queso, solo que se vaya el señor que cobra como entrenador.

Desmenucemos los goles de los rojos…

Fueron tres, porque uno lo metió Guzmán; uno lo hizo el Borracho de la Lotería entre cuatro «defensas» (aquí debería ir insertado un emoji de risa, pero podría sonar a burla y mejor no) y los otros dos de cabeza: uno en La Pastora agachándose García para anotar y el otro Paulinho, agachándose para anotar; nadie en esa defensa salta ni por equivocación.

¿Lo hicieron a propósito?… puede ser, pero son tan malos que podría ser solo ineptitud pura y rampante.

¿Cuántas veces tiraron al arco?… una de Deossa y la que metió de rebotito De la Rosa. Y paremos de contar…

Canales se escondió, y se deshizo del balón cuantas veces se la dieron.

Pensó tal vez (y sólo tal vez)… Como le dijo el maestro invidente a Kwai Chang Kaine, alias Kung Fu: «Es tiempo de que partas»…

Es una pena… la verdad da tristeza que la gente, la raza que le va al equipo rayado la tome en serio y crea en estos muertos que juegan con los sentimientos de su afición.

Lo único en serio es el billete que les quitan a ustedes por venderles camisetas, cervezas, sodas, tortas, palomitas, boletos, estacionamiento, ilusiones y robarles el cerebro.

Sigamos engordando sus billeteras… a los directivos y dueños, y a los jugadores y cuerpo técnico los corajes de la raza les importa un reverendo pistache.

Para no desaprovechar el día, una vez más, a estos muñecos… les valió Madre..

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Reynaldo Márquez

Periodista desde hace más de 35 años en el norte de México. Ha colaborado en El Norte, ABC y otros medios. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx