Sí, señor… otra vez

Lista pues la Liguilla, con los asegunes que representan el PlayIn donde dos equipos con un performance apenas mediocre como son Pachuca y Pumas, intentan meterse por la puerta de atrás.

Dos equipos que tiene más derrotas que triunfos y aun así, aspiran a clasificar en este circo de tres pistas que están convertida la Liga MX.

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Un Pachuca que no pudo ganar en sus últimos cinco encuentros y un Pumas que diera la impresión que al medio tiempo del partido ante la Máquina, una llamada conven$ió a los celestes de aflojar el cuerpecito, y vender la caricia para el otro equipo chilango pasara.

Con esa transa echaron al Querétaro, aunque hubieran sido unas horas su estadía en PlayIn, porque Santos, que no perdió en sus últimos cinco partidos habría pasado como décimo, claro, de no haber habido arreglo con los celestes.

Los Tigres llegaron tumbando caña a la Liguilla y se colocaron como segundos, apenas un puntito abajo de Toluca, en tanto que el Monterrey llegó, tranquilo, gracias a su cosecha en casi todo el torneo, pero se notó un bajón dramático en el funcionamiento que no le permitió ganar más de un partido en las últimas cinco fechas.

Tigres llega fuerte con un fútbol dinámico, ofensivo que enamora a la grada y con jugadores que te generan opciones y otros que las ponen en la red.

Ante San Luis se vieron poderosos y eso ilusiona a los fans felinos que los hace pensar que pueden llegar al título.

El Monterrey en su último partido ante Chivas fue un papelón el que hicieron, Hasta el minuto 70 se acomodaron en la cancha y para entonces ya tenían tres dagas en la espalda.

Hasta que Canales se zafó la marca (porque Chivas lo consintió) y llegaron a pensar en empatar. El rebaño con Govea y el Oso González en la contención luego con Ledezma, Efrain Álvarez y Alvarado tenían muchas opciones para generar jugadas de gol.

Si a eso le añades que Rayados solo tiene a Canales y nadie más te genera nada y que el arquero es una vacilada, muy similar al otro que corrieron por dejarse anotar; aunque éste no canta mal las rancheras. Les regaló el primero y uno más al Chícharo. Infame el uruguayo. El gol que se deja meter de Hernández, fue una verdadera patada de mula en el hígado.

Jugando bien solo unos 15 minutos no te va alcanzar para nada y menos cuando te toca enfrentar a las ratas.

¿Y QUÉ PASÓ CON LA MÁQUINA?
Recibieron un gol sorpresivo de Pumas y luego se adueñaron de la pelota, los espacios y las áreas. Hicieron dos goles, caminando, ante una pésima defensa del Pedregal.

Para el segundo tiempo algo sucedió.

Una llamada tal vez a algún alto mando, al árbitro, al entrenador, que posiblemente le pasó las órdenes a los jugadores y el segundo tiempo fue otro.

En una descolgada donde iban cuatro azules contra dos pumas , Paradela conduce, conduce, se cierra el espacio y teniendo tres compañeros, le da un pase al portero con un centrito como niña.
Luego Faravelli se hace expulsar metiendo una patada, innecesaria, en medio campo.

Justo para echarle la mano al rival.

Cuando Carrasquilla le mete una plancha que manda en camilla al hospital a Mier, el silbante sólo le mostró amarilla.

Hay marcaciones que pueden ser increíbles. Ésta fue de un cinismo total, dejando entrever que había habido algo extraño.

Luego les regalan un penal absurdo. Y más adelante un tiro de esquina donde ningún celeste salta, prolonga de cabeza y a segundo palo llega un puma para empujarla, mientras Jorge Sánchez a dos metros solo observaba…

Nada nuevo.

La Máquina ya ha ganado mucha plata vendiendo partidos en instancias importantes.

Recordemos que uno de sus exdirectivos «Billy» Álvarez está hoy en prisión, no por eso, por otras transas, pero vive en el tambo.

Y desde ahora avisamos, que ni se emocionen mucho.

Esta Liguilla estará plagada de atracos.

Sí señor… otra vez.