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Rodeo Gubernatura: Coahuila 2029 (recargado)

En la pasada trilogía sobre los candidatos del gobernador Manolo Jiménez a la gubernatura, dejé en suspenso el nombre del caballo negro, cuarto de milla mixto y de pura sangre inglés, que corre libre por el semidesierto chihuahuense en espera de tomar por asalto esa candidatura en 2029.

En el espíritu del rodeo tejano y al ritmo de “No Rompas mi Corazón”, de Caballo Dorado, sujetaré a los cinco precalefactos del corral jimenista: Luz Elena Morales, Federico Fernández, Javier Díaz, Gabriel Elizondo y María Bárbara Cepeda, a las siete pruebas del rodeo clásico para calificar sus posibilidades de arribar a tan preciada candidatura al día de hoy.

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Una audiencia atejanada los mira desde las gradas con expectación. La mayoría porta sombrero fino u “onapafo”, viste ropa campirana suntuosa o “de paca” y calza botas de lujo compradas en Houston, Texas, o en el Mercado Juárez.

Empieza el rodeo con las tres suertes de jineteo, en las que cada calefacto debe permanecer sobre el animal, por lo menos, 8 segundos.

En el jineteo de caballo con pretal, cada calefacto debía montar un ejemplar con pretal especial y marcarlo con las espuelas desde el primer reparo.

Luz Elena y Federico (que portaba una camiseta con la imagen de Alejandro Sanz autografiada) empataron con 6 segundos antes de caer de costalazo en la arena. Javier cayó en el tercer segundo. Gabriel y María Bárbara en el primero y fueron, de inmediato, auxiliados por los payasos del rodeo para no ser heridos por las patas del caballo.

En el jineteo de caballo con silla –similar a la suerte anterior, pero con una diferencia, porque el caballo lleva montura–, los calefactos serían evaluados por su técnica y control. Luz Elena, con técnica y control depurados, duró siete segundos; Federico, cinco; Javier, de nuevo, tres; Gabriel y María Bárbara repitieron con un segundo arriba del caballo, para hacer trabajar más a los payasos del rodeo, que empezaban a sudar ya la gota gorda.

Llegó la suerte máxima del rodeo por espectacular y peligrosa: el jineteo de toro, sin que el jinete pierda el equilibrio o toque al animal con la mano libre. Al cuarto segundo, Luz Elena voló por los aires para caer en brazos de dos payasos que alcanzaron a cacharla. Alejandro Luna, su bien amado y bien atejanado, quería llorar, pero como buen lagunero se aguantó.

Federico duró cinco segundos y cayó parado entre los aplausos de su club de fans, los “Fedelovers”. Javier repitió con tres. Gabriel y María Bárbara mantuvieron su récord de un segundo, con los payasos trabajando horas extras.

Seis lideresas priistas de cepa gabrielista, sin respeto por el código de vestimenta vaquera, porque portaban el chaleco verde de Mejora, pantalones de mezclilla y tenis, aplaudían a Elizondo –sin entender lo que ocurría– enloquecidas.

Después de un intermedio de 30 minutos, arropado por un concierto del grupo saltillense “Low Country”, iniciaron las suertes de tiempo que incluían, de manera oficial, a las mujeres para demostrar junto con los hombres su rapidez y precisión con la cuerda y el caballo.

Luz Elena lazó al novillo, desmontó su caballo, luego derribó y amarró las tres patas del novillo en 15 segundos. Federico en 16. Javier en 19. Gabriel, revitalizado por los aplausos de las lideresas, en 24. Y María Bárbara no pudo lazar su novillo.

En la siguiente suerte, Federico saltó de su caballo y derribó su novillo tomándolo de sus cuernos en 15 segundos. Javier en 18, Luz Elena en 20, Gabriel en 27 y María Bárbara en 39.

En el lazo de novillo en pareja, compitieron Luz Elena y Federico contra Javier y Luly, su esposa, y Gabriel y María Bárbara. Los hombres serían “los cabeceadores” para lazar el cuello (cuernos o cabeza) del novillo, mientras que las mujeres serían las “pialadoras” para amarrarle sus patas traseras.

Luz Elena y Federico lo hicieron en 15 segundos. Javier y Luly en 21 y Gabriel y María Bárbara en 30.

Los hombres se negaron a competir en la última suerte: la carrera de barriles, porque es una suerte tradicionalmente de mujeres y no quisieron verse apabullados por ellas.

Las cuentas son claras, apreciado lector: Luz Elena y Federico llevan la delantera al día de hoy. Mientras Javier, Gabriel y María Bárbara cantan al universo con Caballo Dorado: “No rompas más mi pobre corazón, (porque) estás pegando justo, entiéndelo…”.

Y el mentado caballo negro continúa galopando, desbocado y libre, por nuestro semidesierto.

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Luis García Abusaíd

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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