Nuevo León ha sido históricamente uno de los pilares industriales de México, con una economía fuertemente orientada al sector manufacturero.
Su ubicación estratégica, colindante con Estados Unidos, junto con el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), han convertido al estado en un nodo clave dentro de las cadenas globales de valor.
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A esto se suma una infraestructura logística avanzada, una base empresarial consolidada y una fuerza laboral calificada, factores que han permitido a la entidad atraer inversión extranjera directa (IED) y consolidar su liderazgo industrial.
Sin embargo, el entorno económico global está cambiando rápidamente. La automatización, impulsada por tecnologías como la robótica, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial (IA), está transformando los procesos productivos en todo el mundo.
Esta transición, aunque necesaria para mantener la competitividad, plantea desafíos significativos para regiones como Nuevo León, donde miles de empleos operativos podrían desaparecer ante la adopción de sistemas automatizados. Además, el valor agregado de la producción se está desplazando hacia sectores intensivos en conocimiento, como el desarrollo de software, la analítica de datos y la IA aplicada.
Ante este panorama, es urgente que el ecosistema económico de Nuevo León —empresarios, universidades, centros de investigación y gobiernos locales— adopte una visión estratégica que trascienda la manufactura tradicional.
La IA no solo representa una herramienta de eficiencia operativa, sino un nuevo motor económico capaz de generar empleos de alto valor, atraer inversión en sectores emergentes y posicionar al estado como líder en innovación tecnológica en América Latina.
Para lograr esta transformación, se requiere una política industrial renovada que fomente el desarrollo de talento especializado en ciencia de datos, ingeniería de software, ciberseguridad y automatización.
Las universidades del estado, como el Tecnológico de Monterrey y la UANL, deben fortalecer sus programas de formación en tecnologías emergentes y vincularse más estrechamente con las necesidades del sector productivo.
Asimismo, es fundamental crear incentivos para la instalación de startups tecnológicas, fomentar la inversión en centros de innovación y facilitar el acceso a capital para proyectos de IA aplicados a logística, manufactura inteligente, salud, energía y servicios financieros.
Además, el gobierno estatal debe priorizar el desarrollo de infraestructura digital, garantizar el acceso a conectividad de alta velocidad y promover marcos éticos y legales que regulen el uso responsable de la inteligencia artificial.
La colaboración público-privada será clave para diseñar estrategias que permitan una transición ordenada hacia una economía más automatizada, sin dejar atrás a los trabajadores que hoy sostienen la industria.

JESÚS GARZA
Es director general de Soluciones Financieras GAMMA, CEO de Miri Capital LLC e investigador no residente de Baker Institute en la Universidad de Rice. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx