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Radicales libres

La admiración de una hija o un hijo hacia su madre no se termina con el paso del tiempo. Al contrario, se vuelve más grande y crece con la ausencia. La literatura tiene grandes ejemplos de este amor filial.

El comienzo de un libro es clave para atrapar al lector. Así me sucedió al empezar a leer “Radicales libres” (Alfaguara 2021) de Rosa Beltrán, en donde un día cualquiera, a finales de los años setenta, la protagonista de tan solo 14 años abrió la puerta de su casa y vio cómo su madre se iba en una motocicleta Harley-Davidson con su vecino: un extravagante pintor y lector de cartas zodiacales.

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Muchos años después, ella narra a su hija las circunstancias que llevaron a esa partida y también las que la precedieron en un relato que reúne a tres generaciones de mujeres y casi seis décadas de acontecimientos históricos, pasando por los movimientos estudiantiles y de obreros, los años de violencia en México, las desapariciones y la violencia machista hacia la mujer.

La de Rosa Beltrán es una historia de largo aliento, en la que transcurren varias décadas por las que vemos pasar movimientos sociales, conflictos políticos y entre esas líneas una historia familiar en la que las mujeres juegan un papel principal, las hijas que se reponen del abandono de una madre, las tías, las primas y las amigas de la infancia y la adolescencia que cobijan el mundo de estas mujeres.

Hay algo que predomina y que vuelve a esta historia conmovedora: la protagonista que vio partir a su madre nunca deja de admirarla y de buscarla hasta en los recuerdos: “De mi madre me gustaba todo.

Los ojos verdes rasgados, la nariz delgada y recta con la piel tirante en la punta, las manos largas y huesudas. Es muy raro ver que las manos de tu madre acaricien la cara de su amante. Que le peinen la barba. Es raro también que los ojos que antes vigilaban todo hayan renunciado al mundo como si le dijeran: puedes seguir sin mí”.

A través de los libros que leía su madre, de los recuerdos de la infancia ella intenta comprender por qué partió, le escribe cartas y aunque no logra dar con su paradero, siempre la recuerda desde un lado amoroso.

Esta novela también refleja el tránsito de la infancia a la adolescencia y a la juventud, en una niña que vio partir a su madre y a pesar de que se queda en orfandad logra salir adelante, estudiar una carrera, transitar por la vida con una ideología humanista y feminista, valores que después enseñó a su hija.

“La infancia no es el mundo feliz que te prometieron, pero hay otra cosa mejor esperando detrás del sentido convencional de las palabras, en las interlíneas”, es una de las frases en las que refleja ese tránsito hacia una madurez.

Radicales libres es una historia que regala un hermoso pasaje de amor filial, de la pérdida de la inocencia, mezclado con un repaso de momentos históricos que marcaron a toda una generación de jóvenes.

Muy recomendable.

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ADRIANA VARGAS

ADRIANA VARGAS es periodista con más de 20 años de carrera. Cuenta con la presea "Roberto Orozco Melo" por trayectoria en periodismo cultural. Es co- autora del libro “Grandiosas: Historia de las Mujeres en Torreón”. Fundadora de la revista digital La Vereda.Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx