En , de:

Polvo eres… o morir con estilo

Nadie duda que la vida de los mexicanos está unida a la muerte; o al menos así hacemos que parezca y sea percibida en distintas naciones.

En pocos países del planeta Tierra existen civilizaciones como la nuestra, en la que la vida y la muerte se entremezclan con un sentido festivo como en México.

LEE MÁS DEL AUTOR JOSÉ LUIS CARRILLO

Sin duda, que la llegada de los conquistadores europeos terminó por enriquecer lo que nuestros ancestros mexicas iniciaron: el culto y devoción hacia la vida después de la muerte.

La paradoja es que, a pesar de que existen tradiciones ancestrales en Michoacán, Chiapas, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca o Veracruz, haya sido una película del famoso agente Británico 007, James Bond, para que el mundo volteara a vernos y se uniera al festejo mexicano.

Sobran evidencias que confirman que a lo largo de la historia de la humanidad los seres humanos han ideado diversas formas de recordar a los fallecidos.

Pero hablemos de las maneras en que los seres humanos han buscado y lo siguen haciendo para trascender después de la muerte.

Desde colosales pirámides que son tumbas majestuosas, como sucedió con mayas o egipcios, hasta los famosos mausoleos góticos europeos como el Taj Mahal, en la India.

Mientras que para algunos deudos puede resultar significativo, para otros de plano les parece macabro.

Incluso las famosas fotografías «post mortem», tan usuales en Europa y América en el Siglo XIX, hasta los ritos tibetanos, en donde se dejan los cadáveres expuestos creyendo que en este «Entierro Celestial» las almas serán alimento de las aves, concretamente los buitres.

Existen diversos factores que han motivado las nociones que cada sociedad guarda para honrar a sus muertos, la cultura, la tradición, la geografía y la religión, son los principales.

Actualmente la tecnología ya es partícipe de esta situación y existen grandes empresas mundiales cuyos vivos propietarios buscan seguir ganando dinero de los clientes ya fallecidos, o más bien de sus deudos.

¿Quiere usted que al morir su cuerpo se convierta en un diamante que sea llevado en un anillo o collar de sus deudos?

¿Quiere reposar eternamente bajo el mar, para que lo visiten buzos expertos?

¿Quiere usted orbitar la Tierra convertido en ceniza espacial?

¿Quiere ser sepultado junto a un árbol que garantice un follaje pletórico?

Al muerto, lo que pida… o más bien al cliente lo que pague, ya que existen empresas a nivel mundial que le garantizan que aún después de muerto siga manteniendo el glamour que lo caracterizó durante su vida.

Obviamente que todo es cuestión de gustos y presupuestos.

Porque definitivamente existen las alternativas tradicionales de ser incinerado y guardado en una urna, o el clásico entierro en el panteón municipal.

Confieso que, en lo personal, sigo reflexionando sobre la manera en la que me gustaría trascender después de vivir, y en vista de que soy optimista y confío en que todavía me queden algunos años más, seguiré explorando las opciones existentes hasta el momento.

¡Claro que seguiré llenando mi alcancía!

A usted, ¿cómo le gustaría?

Comentarios