En el país hay 9.5 millones de personas con alguna discapacidad quienes afrontan una realidad cuesta arriba
En México, vivir con una discapacidad no solo implica enfrentar barreras físicas y sociales, también supone una carga económica considerablemente mayor. De acuerdo con el informe Estadísticas a propósito del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, publicado por el Inegi, las brechas en ingresos y gastos entre personas con y sin discapacidad persisten y se profundizan.
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El estudio revela que, aunque el ingreso monetario trimestral promedio de la población perceptora fue de 30 mil 160 pesos en 2024, la situación cambia drásticamente al comparar grupos. Mientras que las personas sin discapacidad recibieron en promedio 31 mil 098 pesos, quienes viven con una discapacidad obtuvieron apenas 20 mil 782 pesos.
Esto equivale a un 33 por ciento menos de ingresos, una diferencia que limita sus condiciones de vida, oportunidades laborales y capacidad de afrontar gastos básicos.
Pero la desigualdad no termina ahí. El reporte muestra que los hogares con al menos una persona con discapacidad gastan mucho más en atención a la salud.
El promedio trimestral de gasto en salud fue de 3 mil 415 pesos en estos hogares, frente a los 2 mil 248 pesos en aquellos sin integrantes con discapacidad. La diferencia implica un gasto 52 por ciento mayor, pero considerando que estos hogares tienen ingresos menores, el impacto económico es aún más profundo.
Las brechas se acentúan en rubros específicos. En aparatos ortopédicos y terapéuticos, solo 5.1 por ciento de los hogares del país reportó este tipo de gastos, pero entre aquellos con integrantes con discapacidad, la proporción sube a 9.2 por ciento.
Además, el desembolso promedio también es mayor: 3 mil 435 pesos trimestrales, frente a 2 mil 152 pesos en hogares sin personas con discapacidad. El gasto incluso se incrementa según la edad: en hogares con personas con discapacidad de 60 años o más, alcanza los 3 mil 746 pesos.
El patrón se repite en la consulta externa. En más de dos tercios de los hogares con personas con discapacidad (67.4%), se registró un gasto promedio de 2 mil 181 pesos, cifra que supera en 52 por ciento el promedio de los hogares sin esta condición, que fue de 1 mil 432 pesos. El costo también crece conforme avanza la edad de la persona con discapacidad: de 1 mil 869 pesos en niños y adolescentes a 2 mil 479 pesos entre adultos mayores.
Las cifras dimensionan una realidad frecuente pero poco visibilizada: en un país donde el 7.3% de la población vive con alguna discapacidad —equivalente a 9.5 millones de personas—, más de la mitad de ellas tiene 60 años o más, lo que implica necesidades de salud más intensivas.
Además, uno de cada cinco hogares mexicanos tiene al menos un integrante con discapacidad, lo que convierte estas desigualdades económicas en un problema estructural de alcance nacional.
Los datos del Inegi confirman que la discapacidad en México no solo se enfrenta en el ámbito personal o familiar, sino también en las finanzas: menos ingresos, más gastos y una brecha que, lejos de cerrarse, se mantiene firme y profunda.