Todo es cuestión de que Claudia Sheinbaum dé el primer golpe y no deje pasar el tiempo para los siguientes, si no lo hace así, puede quedar en una peor situación de ejercicio de poder que en la cual se encuentra actualmente.
Comentaba en mi anterior artículo que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene una oportunidad, la de aprovechar las presiones de Donald Trump, para sacar adelante su proyecto de gobierno ya sin la injerencia de YSQ y el caso de Adán Augusto López, uno de los personajes de la 4T más cercanos al expresidente, le puso en bandeja de plata la ocasión, quizá antes de lo que ella misma podría haber esperado.
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El problema para la presidenta puede consistir en que en este momento no tenga todos los hilos del poder, o al menos que no tenga los más importantes. Porque si bien AAL es una cara visible del primer piso de la 4T, no es el único y quizá no es siquiera el más importante operador con el que cuenta el líder real de Morena.
Por ahora lo que sucede es que, fuera de la escena YSQ, muchos personajes menores se sienten con el poder y la independencia suficiente como para actuar a su libre albedrío, sin deberse a un movimiento que pareciera estar a la deriva, o por lo menos puesto al pairo.
Y en estas condiciones, como dice el dicho: “a río revuelto, ganancia de pescadores”, en enero de 2020 escribí que precisamente AMLO intentaba recuperar el poder presidencial sobre los gobernadores, el cual se había perdido en la transición de 2000 a 2018, cuando estos, ante la inexistencia de un presidente con el poder que tenían los mandatarios priistas se habían comportado como poderes autónomos que no tenían que rendir cuentas a nadie.
El expresidente ganó la partida, pero no generó algún tipo de estructura institucional que permitiera a sus sucesores ejercer ese poder, no hubo tiempo para ello, no sabemos si voluntad, por lo que hoy, ante su ausencia, no solo los gobernadores, sino también algunos legisladores y líderes sindicales quieren llevar agua a su molino.
En este contexto, mientras la presidenta no dé “un golpe sobre la mesa” con la fuerza necesaria para que todos lo escuchen y entiendan de qué va eso de pertenecer a una estructura de gobierno, difícilmente se podrá pensar en que tome las riendas del poder y genere su propio camino. Claro, en caso de que desee hacerlo.
Pese a todo, no es sencillo hacer lo que comento en estas líneas, no se trata de simplemente golpear a alguien y ya, como decía un comercial de hace muchos años: “si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría”.
La presidenta tiene muchos contrapesos, nada menos que el Poder Legislativo y el Judicial, gobernadores de Morena que se sienten intocables y en la estructura de gobierno existen muchos personajes que no responden a su proyecto sino al de YSQ, existen también poderes fácticos que tienen intereses y compromisos que vienen del anterior sexenio.
Pero seguramente puede, insistimos en caso de así desearlo, encontrar la forma de contrarrestar a todos aquellos que la rodean con la finalidad de no dejarla ejercer el poder que ganó en las urnas.
Creo que todo es cuestión de dar el primer golpe y no dejar pasar el tiempo para los siguientes, si no lo hace así, puede quedar en una peor situación que en la cual se encuentra actualmente.

Juan Palacios
JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría, en Monterrey. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx