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NL Y COAHUILA: ¡CAMPEONES EN DIVORCIOS!

Ambas entidades se ubican entre las cinco con mayores tasas por cada 100 mil habitantes, así como en la relación entre matrimonios y separaciones

En el norte del país, los matrimonios se rompen con mayor frecuencia que en el resto de México. Las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), correspondientes a 2024, revelan que Nuevo León y Coahuila se ubican entre las entidades con más divorcios, tanto por habitante como en relación con los matrimonios celebrados.

El informe nacional muestra que Nuevo León registró una tasa de 3.52 divorcios por cada mil habitantes, solo por debajo de Campeche, que encabeza la lista con 4.89. Muy cerca aparece Coahuila, con 3.12, ambos muy por encima del promedio nacional de 1.79.

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La diferencia es aún más marcada si se observa la relación entre divorcios y matrimonios: por cada 100 enlaces celebrados en 2024, en Nuevo León se disolvieron 58.8 y en Coahuila 50.9, cuando el promedio del país es de 33.3.

La tendencia no es nueva, pero se mantiene con fuerza. A escala nacional se registraron 161 mil 932 divorcios en 2024, una cifra apenas menor a la del año previo y muy superior a los niveles de hace una década. En 2015, por ejemplo, se reportaron 123 mil 883. El aumento ha ido de la mano de reformas legales que facilitan el trámite y de cambios culturales que han normalizado la decisión de poner fin a un matrimonio.

En el detalle de los procesos destaca la modalidad incausado, que permite disolver el vínculo sin necesidad de exponer una causa. En Coahuila, de los 7 mil 185 divorcios tramitados, 6 mil 640 fueron de este tipo, mientras que en Nuevo León 13 mil 576 de los 15 mil 387 casos siguieron el mismo camino. El mutuo consentimiento fue minoritario: 545 en Coahuila y mil 560 en Nuevo León.

Detrás de los números hay transformaciones profundas. Especialistas apuntan a factores como la independencia económica de las mujeres, la vida urbana, la mayor movilidad laboral y la aceptación social del divorcio como una salida legítima a los conflictos de pareja. Todo ello, señalan, ha reducido el peso de los estigmas y ha hecho más común que las parejas busquen una separación legal en lugar de mantener un matrimonio disfuncional.

El fenómeno, sin embargo, plantea retos. Según el INEGI, en más de una quinta parte de los divorcios había hijos menores de edad, lo que obliga a definir custodias, pensiones y arreglos de convivencia.

Nuevo León y Coahuila, potencias industriales del norte, se han convertido así en el espejo de un cambio cultural que atraviesa todo el país: cada vez más mexicanos ven el divorcio no como un fracaso, sino como una decisión personal para empezar de nuevo.

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