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Nayib Bukele, el dictador

Podrá parecer que bien vale la pena sacrificar un poco de libertades por tener un país seguro y próspero, sin embargo, no se puede simplificar el asunto.

Nayib Bukele es uno de los presidentes más populares de América Latina, se le reconoce en todo el continente por sus resultados en seguridad pública, por el desarrollo de la economía de su país, por las grandes obras públicas y por conectar con sus ciudadanos, no en balde tiene el índice de aprobación más alto para un presidente en la región, con el 85%.

Pese a lo anterior, se trata de un dictador, uno muy popular, pero dictador al fin y ello ha quedado claro con la aprobación de una reforma constitucional en el Congreso de El Salvador que le permitirá reelegirse de forma indefinida.

Pero también, se debe mencionar su nulo compromiso con los derechos humanos, que pueden ser vulnerados con total impunidad, aplastando la presunción de inocencia y el debido proceso, ya que muchas personas han sido enviadas a prisión sin que hayan cometido delito alguno y se les ha negado sistemáticamente la posibilidad de defenderse.

La persecución del régimen de Bukele se ha ensañado de forma particular con los periodistas y activistas de derechos humanos, críticos a su régimen, muchos de los cuales han tenido que irse al exilio, sólo porque con sus investigaciones y activismo han develado información cierta, que daña la imagen del gobierno.

Podrá parecer que bien vale la pena sacrificar un poco de libertades por tener un país seguro y próspero, quizá incluso a muchos mexicanos cansados del crimen organizado y del estancamiento económico les resulte un buen trato, sin embargo, no se puede simplificar el asunto, porque cuando el ciudadano no tiene mecanismos de defensa, queda a expensas del poder, es decir, en cualquier momento se pueden cometer atropellos y no hay manera de hacerles frente.

Además, el problema es que la popularidad no es perpetua, así pasó con Hugo Chávez, llegó a ser muy popular, se cambió la Constitución, se le dio gran poder al régimen y cuando Chávez y su sucesor Maduro comenzaron a perjudicar a la población, ya no hubo manera de sacarlos, porque tenían a la ley y las instituciones de su lado.

victorsanval@gmail.com

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Víctor Manuel Sánchez

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