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Mirar hacia el Pacífico

Nadie puede negar que el tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá formalizado en 1994 y modificado hace cinco años, ha sido de gran beneficio para los tres países, principalmente el nuestro. También es cierto que nuestra dependencia hacia Estados Unidos es alta: más del 80% de nuestras exportaciones tienen como destino aquel país, mientras que las suyas hacia el nuestro apenas llegan a una quinta parte de esa cifra.

Nuestro vecino del norte es la principal potencia económica y el país más consumista del orbe. Por esta razón, así como por la cercanía física, el compartir 3 mil kilómetros de frontera, por las afinidades culturales, por las relaciones históricas cooperativas, por la infraestructura carretera, ferroviaria y aduanal, entre otras, nuestra dependencia comercial es alta hacia esa nación.

Durante 30 años el modelo funcionó. Y mi opinión es que una vez que se apacigüen las aguas y los mecanismos institucionales norteamericanos se activen, seguirá funcionando. Pero en aras de generar mayor certidumbre y poner los huevos en más canastas es momento de voltear hacia el Pacífico. Y no estaremos comenzando de ceros, ahí está el TIPAT.

El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT) tiene como antecedente el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), suscrito en Nueva Zelanda en 2016 por 12 países: Australia, Brunei Darussalam, Chile, Canadá, Estados Unidos de Norteamérica, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

A principios del año 2017, Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente Trump salió del TPP con el argumento de que el Tratado no convenía a los intereses de los trabajadores estadounidenses. Posteriormente se incorporó Reino Unido, y otros, como China, Taiwán y Uruguay tienen la mano levantada.

El TIPAT no solo contempla la eliminación de aranceles, no. Va más allá. A diferencia de otros tratados este incluyó rubros innovadores tales como: comercio electrónico, promoción de las PYMES, competitividad, coherencia regulatoria, propiedad intelectual, prácticas anticorrupción, facilitación del comercio, y la oportunidad comercial para las empresas del Estado.

La región Asia-Pacífico, es una de las más dinámicas del planeta, con potencial de convertirse en el epicentro del crecimiento económico y de consumo mundial. Los países de las regiones que integran el Tratado representan el 6.8% de la población mundial, pero suman el 13.5% del PIB global, o sea, el doble. Su poder adquisitivo es muy alto, área de oportunidad importante.

Todos los tratados tienen una curva de maduración. La estrategia debe ser apurarla y centrarnos en abrir más mercados en los países miembros, así como motivar la atracción de inversiones. El Bravo es solo un río. El Pacífico es un océano inmenso. No lo dejemos de ver.

Comentarios
Enrique Martínez y Morales

ENRIQUE MARTÍNEZ Y MORALES es empresario, economista y politólogo con extensa carrera en el servicio público tanto federal como estatal en Coahuila. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx