Si el pasado 10 de mayo, México, nuestra madre, nuestra matria hablara, ¿qué nos hubiera dicho?
“Qué el 30% de mi población: 38.2 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años (49% mujeres y 51% hombres) tengan oportunidades de educación, trabajo, salario digno y vivienda.
Para que puedan elegir un camino distinto -forzado, por la pobreza- a la prostitución o al crimen organizado”.
Entre llantos, las plañideras vestidas de negro, con medias, zapatos y rebozo negros, imploran: “¡Qué así sea, amantísima madre!”.
“Qué el gobierno mexicano aplique con la contundencia necesaria las leyes que impiden el matrimonio entre 313 mil niñas, niños y adolescentes en comunidades indígenas del Estado de México, Chiapas, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Guerrero, Oaxaca y Nuevo León”.
Entre llantos, las plañideras vestidas de negro, con medias, zapatos y rebozo negros, imploran: “¡Qué así sea, amantísima madre!”
“Qué la trata de niños reclutados para actividades delictivas y de niñas para sufrir explotación sexual sea detenida en seco:
‘Solo en 2021, 140 mil y 250 mil niñas, niños y adolescentes en México estaban en riesgo de ser reclutados en 2021´”.
Entre llantos, las plañideras vestidas de negro, con medias, zapatos y rebozo negros, imploran: “¡Qué así sea, amantísima madre!”.
“Qué las autoridades mexicanas y estadounidenses protejan y resguarden a ´los 97 mil niños, niñas y adolescentes de América Latina en general, y mayormente de México, en particular, que migraron con sus familiares a Estados Unidos en 2024´”.
Entre llantos, las plañideras vestidas de negro, con medias, zapatos y rebozo negros imploran: “¡Qué así sea, amantísima madre!”
“Qué el gobierno mexicano prevenga que sean reclutados por distintos grupos delictivos ´los 145 mil a 250 mil niñas, niños y adolescentes´.
Combatan de manera paralela las causas de fondo: ´la pobreza, el abandono, la falta de oportunidades la violencia familiar, el contexto social o la cercanía a zonas con presencia de grupos delictivos´”.
Entre llantos, las plañideras vestidas de negro, con medias, zapatos y rebozo negros, imploran: “¡Qué así sea, amantísima madre!” (Continuará).
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Luis García Abusaíd
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