Cartagena, Colombia.— México no impondrá aranceles al acero proveniente de Estados Unidos y centrará sus medidas únicamente en países con los que no tiene tratados de libre comercio, confirmó Salvador Quesada, director general de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO), durante el Alacero Summit 2025.
“Los aranceles que propone el gobierno mexicano están dirigidos exclusivamente a países sin TLC”, subrayó Quesada. “Con Estados Unidos, el camino debe ser la negociación, no la confrontación. Creemos que la solución está en medidas regionales conjuntas, no en levantar barreras entre socios comerciales”.
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El dirigente explicó que México busca replicar la estrategia de cooperación que han seguido Canadá y EE. UU. frente al exceso de acero chino, enfocándose en fortalecer controles y mecanismos aduaneros para frenar prácticas desleales.
“Las tarifas por sí solas no bastan. Deben ir acompañadas de un verdadero enforcement —una aplicación estricta de la ley— que elimine esquemas de evasión como las importaciones temporales o los recintos fiscalizados”, apuntó.
Inversiones en marcha pese a la incertidumbre
Quesada informó que el sector siderúrgico mexicano mantiene más de 8,700 millones de dólares en inversiones comprometidas para el actual sexenio, todas en ejecución o próximas a arrancar. “Son proyectos a largo plazo que no se detienen por coyunturas comerciales. Hay inquietud, sí, pero seguimos apostando por una integración más sólida con América del Norte”, dijo.
El directivo destacó que el país cuenta con una de las matrices más limpias del mundo: el 94% del acero nacional se produce mediante reciclaje en hornos eléctricos, lo que reduce significativamente las emisiones de CO₂. “Estamos muy por debajo del promedio mundial y de potencias como China o incluso Estados Unidos. En materia ambiental, México está state of the art”, aseguró.
Quesada añadió que la sostenibilidad se ha convertido también en un factor de competitividad. “Producir con menos agua, menos energía y menos emisiones no solo es una obligación ambiental, sino una ventaja económica”, afirmó.
Coordinación regional, no confrontación
Ante la pregunta sobre si América Latina podría coordinarse para aplicar medidas conjuntas contra el acero asiático, Quesada reconoció que las posiciones de los gobiernos siguen siendo dispares.
“Hay países con políticas de apertura total y otros más proteccionistas, pero todos coinciden en que algo debe hacerse para proteger la industria”, dijo.
Sobre el impacto laboral, aseguró que las empresas mexicanas del sector están haciendo un gran esfuerzo por conservar los empleos y mantener la producción, pese al entorno internacional adverso.
“El compromiso es claro: mantener inversiones, mantener empleos y mantenernos coordinados con el gobierno. La clave no es cerrarnos, sino fortalecernos en bloque”, concluyó Quesada.