Melancolía y política

No haber sido invitado a la fiesta del 70 aniversario del “Tío Richie” (Ricardo Salinas Pliego) en la Arena CDMX me confundió. No haber sido requerido a la boda del Bienestar, en la exclusiva Hacienda Zotoluca (Hidalgo), de Cecilia Guadiana y Américo Villarreal, me agüitó. No haber sido solicitado a la boda de Cuco Sandoval – líder moral del Partido Verde en Coahuila– y Sofía Beteta, con sacerdote maya, copal, cáscaras de cacao y dos tucanes incluidos, me entristeció.

La parte racional de mi cerebro, me insistía con dureza: “cómo te van a invitar, si no te conocen, pendejo”. Mientras, la parte emocional de mi cerebro, sin escuchar, transformaba esa tristeza en un humor oscuro y frío que afectaba tanto el cuerpo como el alma, como lo sostenían los médicos griegos Hipócrates (460 a. C.–377 a. C.) y Galeno (129 d. C.–216 d. C.).

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Al verme postrado en ese hoyo, Gregorio, hermano de vida, quien estudia una maestría en Historia del Pensamiento, pretendió levantarme el ánimo con estas palabras: “Luisito, nunca te había visto así. Pero te recuerdo que figuras renacentistas veían la melancolía como el sello del genio creador. El que, por su intensidad emocional y pensamiento profundo, podía acceder a dimensiones espirituales o artísticas que otros no alcanzaban”.

Quise reírme a carcajadas porque, en su pretensión fraterna por hacerme sentir mejor, se había extralimitado. Pero no reaccioné.

Otro hermano de vida, Yamil, quien estaba ahí, me dijo: “Caballito –mi sobrenombre desde la prepa lasallista–, permíteme ser más rupestre que Goyito para levantarte el ánimo mostrándote el video que filmó de manera subrepticia la diputada priista Verónica Martínez del encuentro pugilístico entre los diputados Theo Kalionchiz, del PAN, y Ricardo Mejía, del PT, en una reunión privada con funcionarios de la CFE en CDMX”.

Al mirarlo en su celular, mis ojos brillaron de asombro. Gritos, insultos personales y familiares, mentadas de madre, empujones, braguetas abiertas y patadas arteras – de barrio tigresco– volaban ante el estupor de los ahí presentes.

El trasfondo era evidente: Theo, con toda su ingenuidad y falta de barrio, fue proyectado por el PRI y el PAN con la precisión de un misil teledirigido, para cortarle de tajo a Mejía el financiamiento económico de su campaña a la alcaldía de Torreón en 2027 y/o la gubernatura en 2029, proveniente de su mecenas Tony “el Lamborghini Guinda” Flores, diputado local de Múzquiz, Coahuila.

El autonombrado Tigre sacó sus garras – con uñas de “maniqiur”– y sus rugidos “mininos” sin poder reintegrar a Flores como proveedor de carbón –adulterado– a la CFE, quien entre 2018 y 2024 obtuvo una ganancia mayor a los 6 mil 266 millones de pesos. Y ahora, ¿cómo financiará su futuro político “El Tigre”?

Me sentía mejor y agradecí a Yamil su buena intención: Gregorio, sin embargo, colmado de tanto aprendizaje en su maestría, me dijo de golpe, en su afán por ayudarme: “Quizá, Luisito, tu melancolía es ‘una tensión existencial, una forma de conciencia del sufrimiento inherente a la vida humana. Como anhelo de lo perdido, algo que el alma recuerda, pero que el mundo no puede ofrecer’, como lo plantearon en su momento Kierkegaard (1813-1844) y Nietzsche (18441900)”. Y me respondí, quizá es cierto en lo más profundo de mi ser.

Pero decidí utilizar ese pensamiento para entender que esa melancolía no era existencial, sino política: me hubiera gustado asistir a esos tres eventos como observador/sociólogo para ser testigo de tres momentos políticos que marcarán la historia de México y Coahuila.

El “Tío Richie” lanzará su candidatura de ultraderecha conservadora a la Presidencia de la República en 2030 –con apoyo probable de Donald Trump, de quien es cercano– y se aliará con el PAN y las clases medias y altas más anti-4t para lograr su cometido.

Cecilia Guadiana buscará –con sus propios recursos económicos y apoyos estratégicos de políticos de la 4T (incluido su príncipe consorte)– llegar a la gubernatura de Coahuila. Y Cuco Sandoval, con la bendición de su partido nacional, estrechará la relación con el PRI estatal para trabajar unidos en las elecciones de 2026, 2027 y 2029 en Coahuila.

¿O hay otra manera de explicar la presencia del gobernador Jiménez en su boda?

Explicada y curada mi melancolía, recordé el relato que tengo guardado bajo siete llaves sobre el caballo negro que corre desbocado y libre por las llanuras del semidesierto para arribar a la gubernatura en 2029.