Genial el Espinoza Paz, encerrado brevemente en sí mismo para expresar la normalidad, un término estadístico que se refiere a una distribución de probabilidad que se registra en forma de campana y no necesariamente simétrica con respecto a su media.
En ese universo cabemos todas las posibles variables que se pueda uno imaginar al respecto de personas animales y/o cosas.
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Ésta forma estadística estructura paradigmáticamente diversas características en cuanto a comportamientos, tantas como Ustedes se puedan imaginar.
Además con nuestra imaginación podemos realizar analogías entre individuos y grupos de la más diversa índole, vamos por partes, partiendo desde lo individual y pasando a lo grupal, comunitario o masivo, poblacional digamos que existía una relación de pareja entre pueblo y PRI que se mantuvo por casi 100 años y por el PRIAN como un tercero en discordia, por poco más de 80 años.
Han entrado otros a la discordia y se han agregado otros qué quieren (y aunque no puedan, ganan), y en algunas áreas han entrado en contacto cercano con el pueblo.
Sin embargo en el 2018 y desde entonces para acá apareció en la discordia y para poner más el desorden otro en la discordia, ustedes ya saben quién, pues ahora resulta que los opositores u oponentes no quieren comportarse como normales;
Pues ya es evidente que, ya no pasó nada si después del 2018 ya no los vemos, habiendo o teniendo que asimilar que por ese soñador (de billetes) ya no tenemos interés.
Obviamente nunca fuimos su prioridad, su prioridad era conseguir el poder y como retenerlo, a base de lo que fuera fraudes, engaños, triquiñuelas electorales, robos, homicidios, etc.
Ahora no les queda más que apechugar y soñar o fantasear con que, en algún momento nos volvemos o volvamos a apendejar y nos vuelven a encadenar, explotar y quitarnos nuestro dinerito, pos apenas qué se hagan pasar nuevamente por una mujer o un hombre normales, que puede estar sin su pueblo y su gente, que para nada se siente mal, que va a sonreír para que pase desapercibida su tristeza.
Con madurez, se van a retirar, sonriendo para no llorar, a lo mejor desde esta analogía nos dicen, nomás queríamos expresar y manifestar como nos sentimos, algunos en España, otros en la talacha del sacrificio local y chanza y en algún momento les volvemos a caer encima (Sin albur).
La experiencia de ser excluido de una relación (más que de un grupo), representa la lesión más intensa a cualquier aparato mental que se precie de ser normal.
A veces solo basta una mirada, levantar, un ceja, sonreir levemente, voltear a ver una pelvis privilegiada o, la sola idea de que eso pueda ocurrir es suficiente para experienciar la exclusión que origina devaluación, fragmentación, minusvalía y discapacidad yoica, dicen los que saben.

DR. DAVID MORALES
Médico Internista desde 1979 hasta la actualidad, jubilado. Regio dedicado a la investigación clínica, aficionado pasionalmente a la Salud y sucedáneos, el Rock and roll y el Futbol Americano. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx