Monterrey, Nuevo León.- Para cualquier ser humano, de la cuna al féretro hay muchas historias por vivir y recorrer, pero para quien tiene el privilegio de haber nacido en México, el color, la alegría y aún los sinsabores se gozan por igual, como lo mostró en escena el Ensamble Folklórico Mexicano en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad.
Dirigidos por David García, bailadores y bailadoras salieron al escenario para compartir con la audiencia algunas de las formas que en poblaciones de México dan rienda suelta a la alegría por vivir con el espectáculo “El Ciclo de la Vida”.
Sabedores que la vida es un viaje eterno, un trayecto que va acumulando momentos, lugares y vivencias, los talentosos bailadores del EFM ofrecieron un trabajo que con esmero en su producción logró conectar con el público ubicado desde la primera fila hasta quienes ocuparon un asiento en el área de balcón.
“Nacemos, crecemos, nos transformamos… y en cada transformación nos encontramos en el eco de nuestros momentos vividos. Cada paso que damos, cada instante de nuestra existencia, es parte de un ciclo: un ciclo de aprendizajes, de alegrías, de encuentros y de despedidas”, fue una de las ideas que el Ensamble compartió, como punto de partida, a los asistentes.
Compartieron entonces su forma de narrar con el cuerpo los sones serranos de Querétaro, muy ligados a la infancia con rondas y juegos, de igual forma cómo, en la adolescencia hay una búsqueda de la identidad, para traer a escena las jaranas yucatecas, cómo se vive la juventud en Sinaloa con los bailes de la costa, las promesas de amor y rumbo al casamiento en Hidalgo y Jalisco, respectivamente.
El folclor de San Luis Potosí, Tabasco, Michoacán y Nuevo León también formaron parte de “El Ciclo de la Vida”, mostrado por el Ensamble Folklórico Mexicano, compañía artística originaria de Monterrey, Nuevo León, fundada en agosto de 2007.
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