DIANA GÁMEZ / VICE
Tener un hijo con Trastorno del Espectro Autista implica enfrentar retos cotidianos y emocionales, pero también descubrir nuevas formas de acompañar y potenciar habilidades. Esa es la historia de Iván, joven con síndrome de Asperger y discapacidad intelectual, narrada por su madre en entrevista con Diana Gámez, para VICE.
Tras diagnósticos tardíos, a los seis años recibió el definitivo. Desde entonces, su madre trabaja cada día con estrategias caseras: reforzar conductas positivas, disminuir sobrecargas sensoriales y estimular el lenguaje a través de objetos, lectura y ejercicios creativos. Para comprender mejor, incluso cursó un diplomado en autismo.
Uno de los mayores desafíos ha sido la inclusión: mientras en el discurso se habla de aceptación, en la práctica aún existen prejuicios y rechazos que aíslan. La madre recuerda que el impacto emocional del diagnóstico fue duro, pero asumió el consejo de su propia madre: dejar de llorar y ser fuerte para darle a Iván todo lo que necesitaba.
Hoy subraya la importancia del diagnóstico temprano, la confianza en los hijos y el compromiso de dedicarles tiempo y creatividad. Recomienda no angustiarse por el futuro, sino trabajar con lo que se tiene y disfrutar del presente.
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