El Gobierno de Manolo Jiménez ha entrado en su etapa decisiva. Pues a mitad del mandato el poder alcanza su apogeo e inicia su declive; cuando los proyectos políticos se afianzan o interrumpen.
Revisar objetivamente logros y errores permite tomar decisiones adecuadas para el resto del sexenio. El tercer año abre también las puertas a la sucesión.
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Las elecciones de junio para renovar el Congreso pondrán a prueba al Gobernador y su partido.
Coahuila es el único estado del país donde elPRI conserva aún su raíz hegemónica. La legislatura, el Tribunal de Justicia, las oposiciones y los poderes fácticos giran en la órbita del ejecutivo. Obtener el 57 % de los votos y una ventaja de 36 puntos sobre su rival más cercano le ha permitido a Jiménez gobernar sin sobresaltos ni presiones visibles.
Miguel Riquelme los afrontó incluso antes de tomar posesión. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJE)
esperó hasta el último momento para validar el triunfo del lagunero en un fallo polémico.
La tardanza del TEPJF en resolver los recursos interpuestos por el PAN para anular la elección de Riquelme por haber excedido el tope de gastos de campaña y la intromisión del Gobierno en el proceso impulsaron a legiones a tomar plazas y calles.
Demandaban convocar nuevas elecciones, castigar a los responsables de la megadeuda y someter a juicio al «moreirato». Agrupados en el Frente Coahuila Digno, los excandidatos Guillermo Anaya, Armando Guadiana у Javier Guerrero encabezaron manifestaciones masivas en Saltillo, Torreón, Monclova, Piedras Negras y otras cabeceras.
La esperanza de más de 850 mil electores que sufragaron por otras opciones (Anaya estuvo a poco más de 30 mil votos de ganar) murió cuando el presidente Enrique Peña Nieto recibió en Los Pinos a Riquelme. EITEPJF entendió el mensaje y declaró ganador al priista.
El golpe desmoralizó a la ciudadanía y a las oposiciones, agotadas tras meses de movilizaciones y protestas, mas no logró apagar la llama de la alternancia. Pero sin partidos fuertes ni liderazgos creíbles que planten cara a un PRI disciplinado y unido en torno al Gobernador, será difícil conseguirla.
Forzado por las circunstancias, Riquelme pactó en desventaja con tirios y troyanos. Las élites económicas condicionaron su apoyo y Rubén Moreira no dejó de intervenir en la Administración, el Congreso y el Tribunal Superior de Justicia.
Riquelme pasó página al endeudamiento ilegal, las masacres de Allende у Piedras Negras y otros desafueros.
La Fiscalía Anticorrupción, ahora a cargo de la panista Karla Samperio, cumple celosamente la tarea de impedir el ejercicio de la acción penal contra los peces gordos. Su predecesor Homero Flores Mier, quien antes había dirigido el Instituto de Acceso a la Información Pública (ICAI), recibió como premio por sus servicios una magistratura en el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Desligado de los escándalos que pusieron a Coahuila en el ojo mediático (megadeuda, matanzas, desapariciones forzadas y empresas fantasma), pero no sustraído como Gobernador de sus efectos, Jiménez tiene márgenes de maniobra amplios.
Su gabinete de treintañeros, la mayoría sin fogueo político ni presencia previa en el estado, anuncia el relevo generacional y la formación de un grupo político cuya permanencia dependerá del resultado de las elecciones de 2029.
Jiménez ha empezado a mover las piezas del tablero sucesorio como lo hicieron también sus predecesores en el tercer año de Gobierno. En la nómina de aspirantes aún no está claro quién es el delfín.

Gerardo Hernández
GERARDO HERNÁNDEZ es periodista desde hace más de 40 años en Coahuila. Director General de Espacio 4.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
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