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La otra de La Angostura

En esta ocasión te platico sobre una batalla poco conocida y que bien podríamos confundir con aquella que sucedió en 1847, cuando los gringos vencieron al ejército mexicano el cual estaba comandado por Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, conocido en los anales de la historia a secas como López de Santa Anna. Pero no. Esta batalla de la cual te platico fue otra que sucedió en el mismo lugar, pero 18 años después, el 1 de junio de 1865 para ser precisos, y no fue contra los norteamericanos sino contra los franceses.

El bando de los mexicanos, quienes buscaban y lograron defender a la república, estaba comandada por los coroneles Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo, quien por cierto después tuviera una casa de descanso en nuestra hermosa ciudad de Saltillo, en donde está la escuela Anexa a la Normal y la Berrueto, ahí frente a la alameda Zaragoza, pero esa es otra historia.

Todo empezó días antes, el 25 de mayo, cuando el entonces coronel francés Pierre Jean Joseph Jeanningros llegó a La Ventura, municipio de Saltillo, con mil quinientos soldados, donde permaneció hasta el 31 de ese mes para arribar a San Juan de la Vaquería. Al día siguiente muy temprano, a las 7 de la mañana, los franceses fueron atacados por pocos mexicanos, los invasores respondieron al ataque, los mexicanos dieron retirada y se replegaron hasta La Angostura. Pareciera que los de esta tierra se habían equivocado, se regresaron a toda velocidad pero todo iba conforme al plan, pues en ese mismo lugar se encontraban el resto de las fuerzas mexicanas, eso sí, bien escondidas entre árboles, matorrales y más.

Los defensores de la patria esperaban con ansias el que los invasores estuvieran cerca para disparar; cada instante, cada segundo que transcurría ocasionaba que los nervios de los mexicanos aumentaran, sin embargo, el entonces coronel Jerónimo Treviño mantenía la calma esperando el momento adecuado para dar la orden de fuego. Los franceses fueron sorprendidos, empezaron a tener bajas cuando los de esta tierra con seguridad cantaban la estrofa: “Más si osare un extraño enemigo, profanar con sus plantas tu suelo, piensa ¡oh Patria querida! que el cielo, un soldado en cada hijo te dio”.

Los invasores gritaban “retrait, retrait”, que en español significa retirada, retirada, siendo perseguidos por el mismo Treviño, hasta que se escondieron en lo que hoy es el ejido Santa Elena.

Andrés S. Viesca quien era gobernador de Coahuila, se encontraba en el campo de batalla, siendo testigo presencial de la proeza mexicana, del triunfo de un ejército que ama a su tierra y que logró vencer con inteligencia al ejército más poderoso del mundo en ese momento. El mismo gobernador le envió un mensaje al jefe político de Saltillo, a quien le escribió que las armas republicanas habian triunfado en La Angostura con la participacion de los bravos coroneles Treviño, Pérez Castro y Naranjo”.

Siempre que escuchamos sobre la batalla de La Angostura, nuestra mente y memoría vuelan hacía la derrota que sufrimos en 1847, que a pesar de estar a punto de derrotar en ese lugar al ejército norteamericano, Santa Anna, villano favorito de la historia mexicana, prefirió regresarse a la ciudad de México, sin embargo, es más importante conocer y reconocer que aquí en nuestra hermosa ciudad de Saltillo 18 años después los mexicanos derrotamos al ejercito frances.

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Francisco Tobías

Egresado de la UdeC, Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx