En esta ocasión te platico sobre una fábrica que, cuando se instaló, llegó a las afueras de lo que era una pequeña pero hermosa ciudad de Saltillo, me refiero a la International Harvester, hoy conocida como la John Deere.
En plena Segunda Guerra Mundial el presidente de México, Manuel Ávila Camacho, impulsaba la industrialización del país. De hecho, en 1943 invitó a empresarios de los Estados Unidos a invertir, pero el conflicto bélico lo impidió, por lo menos en ese momento. Con el triunfo de los aliados y la caída de los nazis, del fascismo en Italia y del imperio japones, en el mundo se respiraba un ambiente de paz y prosperidad. El dinero que se destinaba para bombas, armas, balas y más tenía que ocuparse en otras cosas, en otras empresas, en otros proyectos y uno de esos fue la Harvester.
LEE MÁS DEL AUTOR FRANCISCO TOBÍAS
En lo que eran las afueras de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, allá muy lejos, donde hoy se cruzan la ya céntrica calle de Hidalgo con el Blvd. Jesús Valdés Sánchez, que en ese momento era conocida como la carretera a Arteaga, el lunes 4 de febrero de 1946 se inició con la construcción de una fábrica de camiones, tractores y maquinaría agrícola, con una exorbitante inversión de 7 millones y medio de dólares. Después de 1 año, 1 mes y 1 día, la Harvester iniciaba oficialmente operaciones, siendo inaugurada formalmente, aunque ya se habían fabricado 300 arados.
La Harvester contaba con equipo de bomberos cuya historia bien merece una Cápsula Sarapera, pues no sólo prestaba sus servicios ante contingencias al interior de la fábrica, sino también brindaban atención ante los incendios que hubo en nuestra hermosa ciudad de Saltillo. Pero volvamos a la historia, a la historia de la entonces International Harvester, fábrica que hoy lleva el nombre de John Deere.
El empresario Eduardo Suess Narro, propietario de la Sieber Ferretería, de quien se comenta que era sumamente generoso y espléndido, logró junto con otros empresarios de esta ciudad, hacer las gestiones con las autoridades para así lograr que la IH, por las iniciales de International Harvester, se instalara en Saltillo, convirtiéndose así en la primer industria ensambladora de este valle. El arribo de la Harvester trajo a nuestra ciudad 150 empleos, cantidad altísima para 1947 cuando Saltillo era habitaba por menos de 70 mil Saltillenses.
Durante un tiempo el gerente de la Harvester fue el cubano Roberto Febre, cuya esposa Margarita, de la misma nacionalidad, aseguraba a los cuatro vientos que a pesar de haber vivido en muchas ciudades del mundo, en ninguna de ellas se podía ver un atardecer tan bello como el de Saltillo.
En las fotografías de la época se puede ver lo desolado que se encontraba la fábrica de capital norteamericano, incluso todas las tierras de alrededor eran tierras para arar. Su tanque elevado se convirtió en un referente geográfico y en muy poco tiempo la Harvester se convirtió en el límite de la mancha urbana de Saltillo.
Hoy en día aún podemos escuchar a Saltillenses que se refieren a la John Deere como la Harvester, a pesar de que para los años 80´s ya había cambiado de nombre y propietarios.
Saltillo es hoy una ciudad industrial con gran vocación automotriz, y pensar que todo empezó con arados, tractores y camiones es algo que vale la pena presumir.
¿YA VISITASTE ASÍ DICE?

Francisco Tobías
Egresado de la UdeC, Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx