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La enchilada completa

Estados Unidos requiere hoy la mano de obra inmigrante, sí o sí, debido a su decrecimiento poblacional, un fenómeno que afecta por igual a Europa en su conjunto, Japón y, aunque sea difícil imaginarlo, a China.

Estados Unidos cuenta con pleno empleo, de hecho, está batallando para cubrir plazas laborales en algunos sectores de la economía, la razón es sencilla, el crecimiento de su población se ha ralentizado y la generación de los baby boomers está llegando a la edad de retiro, en otras palabras se encuentra en el proceso, que es global, de decrecimiento de la población. La economía estadounidense requiere, por lo menos en una ventana que comprende los próximos 50 años, de una fuerza laboral de la cual carece hoy.

“Dada la magnitud y marco temporal de este problema, la única solución inmediata será elevar el número de trabajadores, y hacerlo aumentando la inmigración” escribió en 2009 George Friedman en su libro: “Los próximos 100 años”, en el cual realiza una prospectiva de lo que será el siglo XXI estadounidense.

Hoy una solución de ese tipo parece lejana debido a las acciones emprendidas por el presidente Donald Trump, quien está actuando, siguiendo el análisis de Friedman, desde la lógica del siglo pasado en el cual el crecimiento de la población hacía que la migración fuese fuertemente regulada, hoy las cosas son diferentes precisamente porque la población local no crece y porque la tecnología ha sustituido el empleo humano en algunos sectores económicos, tecnología que por cierto está generando una crisis de energía que se refleja en el hecho de que hay empresas de este ramo queriendo comprar plantas nucleares.

La retórica en el sentido de que los inmigrantes están quitando los empleos a los locales no se sostiene actualmente en la práctica, ya que como puede entreverse en las protestas de algunos sectores económicos ante las acciones del presidente Trump, (los agricultores, los servicios de hotelería, turismo y gastronomía), están sufriendo debido al miedo que hoy tienen los inmigrantes de presentarse a sus trabajos.

Hace años, durante el sexenio de Fox y el gobierno de Bush hijo, parecía que México y Estados Unidos tendrían la oportunidad de alcanzar algún tipo de acuerdo migratorio de tal magnitud que el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, lo llamó “la enchilada completa”, pero se atravesó el ataque a las torres gemelas de Nueva York y todo quedó en el olvido. 

Estados Unidos requiere hoy la mano de obra inmigrante, sí o sí, debido a lo que ya hemos señalado, su decrecimiento poblacional, un fenómeno que afecta por igual a Europa en su conjunto, Japón y, aunque sea difícil imaginarlo, a China.

El problema se resuelve con la inmigración pero esta va en contra de la narrativa prevaleciente en algunos sectores de la población norteamericana que ha comprado el discurso de los Bad Hombres, de los migrantes como delincuentes y como amenazas para sus empleos.

Hay quienes dicen que Trump no cede ante la política, pero sí ante los mercados, puede ser, pero seguramente en este rubro, que le ha sido muy rentable para sus fines políticos, creemos que difícilmente cederá, salvo que la crisis sea mayúscula en los sectores económicos afectados.

Según Friedman, hacia finales de la década de los 20 Estados Unidos tendrá que establecer reglas para aceptar la inmigración de los trabajadores que requerirá so pena de entrar en una etapa de decrecimiento económico, algo que hoy se antoja difícil, pero con las medidas que Trump ha tomado todo puede ocurrir, como dice el clásico: Lo veremos, lo veremos.

jpalacios@mobilnews.mx

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Juan Palacios

JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría, en Monterrey. Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx