Sector industrial sigue mostrando debilidad, ahora impulsó la contracción de la economía en el tercer cuarto de 2025
La economía mexicana volvió a tropezar. Durante el tercer trimestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) del país registró una contracción de 0.3 por ciento anual, según las cifras oportunas publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La caída, aunque moderada, representa una nueva señal de enfriamiento en la actividad productiva, impulsada principalmente por el desplome del sector industrial.
De acuerdo con el reporte, las actividades secundarias —que agrupan a la manufactura, la construcción, la minería y la generación de energía— retrocedieron 2.9 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado. En términos trimestrales, la baja fue de 1.5 por ciento respecto al segundo trimestre, lo que confirma que la industria se ha convertido en el principal lastre del crecimiento.
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El informe de Monex Grupo Financiero coincide en ese diagnóstico: la debilidad industrial “explica prácticamente toda la contracción del PIB”, y aunque los servicios muestran cierto dinamismo, su avance no ha sido suficiente para compensar el retroceso manufacturero.
Las actividades terciarias —que incluyen comercio, transporte y servicios financieros— crecieron apenas 0.9 por ciento anual, mientras que el sector agropecuario fue el único con un desempeño sólido, con un incremento cercano al 3 por ciento anual.
El freno económico del 3T marca además un punto de inflexión. Si se confirma en los resultados finales de noviembre, sería la primera contracción anual del PIB desde finales de 2021, cuando la economía todavía resentía los efectos de la pandemia.
Analistas advierten que el resultado refleja no solo factores internos, como la menor inversión privada y la pérdida de impulso del consumo, sino también un entorno internacional adverso, con menor demanda manufacturera y mayor incertidumbre en los flujos comerciales.
En el detalle por sectores, la industria automotriz y la construcción mostraron una desaceleración notable, en contraste con trimestres anteriores en que habían sido motores del crecimiento. Monex destaca que la inversión pública se mantiene elevada en proyectos específicos, pero la inversión privada no logra repuntar, lo que limita el potencial de recuperación industrial.
El deterioro del PIB tiene además implicaciones en el empleo y en la confianza empresarial. La industria, tradicionalmente uno de los sectores que más empleos formales genera y con mejores salarios, enfrenta ahora un escenario de menor contratación y moderación en la producción, lo que podría traducirse en un enfriamiento del mercado laboral durante el cierre del año.
A nivel general, la lectura de ambos reportes apunta a un crecimiento económico cada vez más frágil, sostenido casi exclusivamente por el consumo interno, pero con señales de agotamiento. Para Monex, el panorama hacia el último trimestre de 2025 se mantiene “complicado”, con riesgos que van desde la debilidad de Estados Unidos hasta la cautela de los inversionistas en un año de alta volatilidad política y financiera.
Con un trimestre en negativo y la industria aún sin mostrar signos de recuperación clara, México enfrenta el reto de reavivar su motor productivo en medio de un entorno global incierto. De no revertirse la tendencia, advierten los analistas, el país podría cerrar 2025 con un crecimiento cercano a cero, confirmando que la desaceleración industrial no fue un tropiezo aislado, sino una señal de fondo.